Esta noche Usain Bolt se ha proclamado, una vez más, campeón del mundo de 100 metros lisos. Su superioridad ha sido insultante. Con lluvia y viento en contra ha firmado 9,77 y tan solo Gatlin, otrora campeón del mundo y olímpico de la especialidad, ha inquietado al jamaicano para coronarse por sexta vez campeón del mundo de atletismo.
Bolt, además de estos títulos mundiales, acumula seis medallas de oro en juegos olímpicos y la plusmarca mundial de 100 y 200 metros lisos, todo ello a una edad en la que otros grandes campeones empezaban a cosechar sus primeros éxitos.
Su futuro no tiene límites. Solamente su compatriota Johan Blake puede arrebatarle algunas de las medallas en el próximo ciclo olímpico. Muy probablemente intentará en Rio de Janeiro ser el primer atleta de la historia que acumula tres títulos olímpicos en 100 metros y, en su defecto, siempre le quedaría pasarse a la distancia de 400 metros, algo que consiguió con éxito en su día Michael Johnson.
Bajo mi punto de vista ningún otro atleta se puede comparar a Bolt, ni siquiera Karl Lewis, "el hijo del viento", quien tiene el récord de títulos olímpicos hasta la fecha. Bolt es superior a Lewis en todo: marcas, estilo, elegancia, circunstancia que explica el desprecio que le tiene el atleta norteamericano desde que empezó a despuntar en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
Bolt, además, presenta un currículo inmaculado en el dopaje. Ninguna sospecha en los miles de controles que ha pasado, ninguna insinuación, algo que Lewis no puede decir muy alto. Son muchos especialistas que opinan que en la final de 100 metros de Seúl 1988 el único atleta limpio era Calvin Smith. Jonhson, Lewis, Christie son sospechosos de protagonizar toda una generación inundada en el lodazal del dopaje, un época en la que estuvo contaminada el ciclismo, el atletismo, la halterofilia y así un largo etcétera. Las revelaciones de la última semana sobre el dopaje masivo en la República Federal Alemana acreditan unas décadas de dopaje masivo que solamente hombres como Bolt, con su carisma personal, puede borrar de la conciencia del atletismo mundial.
Está claro que serían muchas las opiniones y los debates acerca de quién sería el mejor de la historia. Se me ocurren un montón: Lewis, Michael Johnson, Owen, Bikila, Al Oertel, Bubka, Bekele, Juantorena, Sotomayor, Zatopek, Moses, El Gerrouj, Zelezny, Nurmi, Korzeniowski, pero ninguno tan brillante como Bolt. Es una suerte verle competir en directo y una suerte disfrutar del buen atletismo que el representa. Quizás haya campeones más míticos por su historia personal o profesional. Se podrían llenar miles de páginas evocando momentos cumbres del atletismo pero yo me quedo con Bolt. Ojalá algún día podamos tener en España un campeón como él. Yo creo que los grandes campeones son universales y yo soy su fan número uno. De momento se ha colgado su primera medalla y le esperan dos más en Moscú. ¿Cuál será su límite?. Ni lo sabemos ni lo imaginamos.
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