Tener entre nuestros atletas a Chuso García Bragado es un auténtico lujo. Esta mañana, ni corto ni perezoso, ha concluido duodécimo en la prueba de 50 km marcha del Campeonato del Mundo de Moscú. Participaba en sus undécimos mundiales, récord mundial absoluto de participaciones, a lo que se une otras seis participaciones en Juegos Olímpicos, otro récord más para este genial atleta madrileño.
No es que haya ido a pasar el rato, no. A sus 43 años ha vuelto a estar entre los 12 mejores del mundo como si fuese tan fácil. Bragado ya ha sido campeón del mundo en Stuttgard'93 y plata en Atenas'97 y Edmonton'2001, en unos duelos con Robert Korzeniowski, quizás el mejor marchador de la historia y con Jefferson Pérez, otro marchador de leyenda. Quizás sino se hubiera encontrado con estos dos colosos estaríamos hablando de un tricampeón del mundo o de un campeón olímpico pero su currículum no desmerece al de nadie.
García Bragado es un ejemplo para todo joven atleta. Es íntegro. Nunca jamás se le ha vinculado con el dopaje. Es profesional, con dos operaciones en ambas caderas, ha sabido superar el dolor en muchas competiciones para dejar el pabellón español muy alto y sobre todo me encanta porque representa los valores troncales del deporte (deportividad, entusiasmo, valentía, heroicidad). Dice que sigue en el atletismo porque le encanta entrenar mientras ve atardecer en el campo, que ha comprendido la esencia del atletismo y como tal lo disfruta a pesar de muchos sinsabores, a pesar del sufrimiento en cada entrenamiento, en cada competición.
Es un honor que sea uno de nuestros marchadores. Siento verdadera admiración por los marchadores, por gente como Llopart, Marín, Plaza, Massana, Paquillo Fernández, Molina o Miguel Ángel López que tantas alegrías me han dado viéndoles competir desde niño.
Recuerdo a Llopart en los Juegos Olímpicos de Moscú'80 colgándose la medalla de plata, recuerdo a Plaza y Massana disputándose el oro en Barcelona'92, el oro de Massana y Bragado en Stuttgard, las platas de Paquillo en Atenas y otras cita mundialistas. Siempre me han recordado que el esfuerzo en todos los órdenes de la vida tiene premio y que hay que luchar mucho, contra viento y marea, para intentar conseguir tus sueños. La marcha, como el marathón, representan eso. Por eso me gusta tanto un tipo como García Bragado que cumple mundiales como nosotros disfrutamos de las vacaciones en la playa. Seguro que cuando se retire le recordaremos siempre. Una vez más, y van once, no nos ha defraudado. ¡Enhorabuena campeón!
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