Esta tarde el atletismo ha vivido una de sus mejores jornadas o, por lo menos, una de las más emotivas. Si alguien hubiera escrito un guión bonito de verdad, hubiera pensado en coronar en su casa a una de las mejoras atletas de toda la historia. Lo hubiera escrito en forma de gesta, cuando una especie de Cenicienta vuelve a coronarse antes de acudir a su última fiesta. Lo bueno de la vida es que la realidad siempre supera al mejor guión de ficción y eso es lo que ha sucedido hoy en Moscú.
Isinbayeva ha recuperado el trono mundial en casa ante el cariño de todo un país que tiene la tiene como su zarina absoluta. El deporte no entiende de nostalgias y, a pesar de acumular 28 récords mundiales, 4 títulos europeos, dos olimpiadas y otros dos títulos mundiales, el premio Príncipe de Asturias y así un largo etcétera, Isinbayeva ha tenido que reclamar de nuevo el título de reina mundial del atletismo a golpe de gesta, en su propio estadio.
El deporte tiene estas miserias. Ahora vuelve a ser la zarina, pero no hace mucho que muchos la degradaron, justamente hace un año cuando solo pudo colgarse un bronce en Londres. Yo me alegro un montón porque el deporte se hace más grande cuando lo protagoniza atletas de la talla de Isinbayeva. Natural de Volvogrado, antigua Stalingrado, ha sido desde 2002 la gran dominadora de la pértiga mundial, en una especialidad donde las mujeres han comenzado a participar hace no demasiados años. Seguro que el título mundial de hoy será especial para ella y seguro que se replanteara su retirada. Dice que quiere ser madre y volver en los Juegos de Río. Sea lo que sea, todos los que amamos el atletismo le agradecemos una tarde más de magia en el foso de la pértiga.
Así es la vida. Mientras ella vive su cuento de hadas, otra atleta, Natalia Rodríguez se despertaba de su ilusión de ser campeona del mundo. Siento absoluta predilección por esta atleta. Me encanta, la sigo desde hace años. Valoro su profesionalidad, su humildad, su sinceridad. Hace 4 años le quitaron el título de campeona del mundo de 1500 en Berlín, en una decisión a todas luces injusta. El Dios del atletismo le debe una, no sé cuándo ni cómo se la pagará pero lo cierto es que merece mucho más de lo que ya ha conseguido. Hoy no ha tenido fuerzas en la recta final y no ha podido entrar en la final. Una lástima para una atleta íntegra, de la que soy su fan número uno.
Por lo demás nada nuevo bajo el sol. De nuevo Pestano ha vuelto a fracasar en una final mundialista y de nuevo la marcha española nos ha dado una nueva alegría con la sexta posición de Beatriz Pascual en los 20 km. Julia Tacaks ha quedado novena, la misma posición de Casañas en la final de disco, donde el alemán Harting ha sumado un nuevo título mundial, convirtiéndole así en uno de los mejores discóbolos de la Historia con permiso de Al Oertel.
Ha sido una jornada de atletismo del bueno. Y mañana más, muy pronto Jesús Ángel García Bragado completará su undécimo mundial, récord de participaciones mundialistas de un atleta. Otro récord más de un marchador de leyenda que merece como nadie poner el broche de oro a su dilatada carrera deportiva.
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