Iker Casillas y Raúl González representan la historia más ilustre del madridismo del último cuarto de siglo. Ambos son chicos de barrio, de Madrid o alrededores, de origen humilde que tuvieron el sueño de ser futbolistas y lucharon por ello. Como le pasa a muy pocos, la realidad desbordó con mucho lo que fueron sus sueños. Como madridistas lo ganaron todo. A decir verdad a Raúl le faltó una Copa del Rey pero son minúsculos detalles en un extenso palmarés en el que, también, les llovieron premios individuales.
A Raúl le faltó un gran título con la Selección española, lo que le impidió acceder al Balón de Oro y subirse al trono de los mejores jugadores europeos de siempre. Iker, sin embargo, con la Selección española lo ha ganado todo, incluso en las divisiones inferiores fue protagonista de todos los grandes títulos de los que presume el fútbol español.
Raúl maduró futbolísticamente muy pronto pero supo envejecer mal. Con apenas 30 años, la presión deportiva le alejó del Santiago Bernabéu. Interpretó con mucha madurez que era mejor seguir luciendo en ligas de menor entidad que en el banquillo madridista. Mourinho se lo dejó muy claro: ayudaría al equipo pero nunca más sería el jugador indiscutible en todas las alineaciones. En la Selección, Luis Aragonés le apartó para dar paso a otra generación de jugadores que nos hicieron campeones del mundo y de Europa. Prefirió irse y ganarse un par de buenos contratos antes de su retirada antes que ir muriendo poco a poco en el vestuario madridista. Hoy ha vuelto al Santiago Bernabéu y se ha vuelto a vestir de blanco, consiguiendo un gol de los suyos. Han vuelto viejos aromas que ha agradecido la afición.
Bajo mi punto de vista Raúl tuvo la madurez suficiente para retirarse antes de que le retiraran a empujones. La misma decisión la tomó en su día Alfredo Di Stefano y no por ello ha dejado de ser una gloria madridista. La Historia le juzgará y le juzgará muy bien. Estará siempre en la memoria de los madridista porque supo irse.
Iker Casillas, sin embargo, puede cometer el error de creerse imprescindible. Debe recordar que hace 14 años él era un joven que debutó en el Real Madrid y, a buen seguro, no le hubiera gustado que nadie le hubiera boicoteado desde los mentideros del vestuario. Diego López es un hombre trabajador y honesto que merece el respeto de todo, incluido el de Iker Casillas. Además de ello es un gran portero, que se gana la vida sin aspavientos ni declaraciones a destiempo, ni filtrando cosas a la prensa.
Iker debe meditar mucho y pensar que si los dos últimos entrenadores no cuentan con él, su actitud no debe ser embarrar el camino, sino irse con elegancia. Nadie le reprochará que se vaya en diciembre para ganarse su puesto en la Selección de cara al Mundial de Brasil. Ofertas no le faltarán. Personalmente considero que es un portero excepcional que ha sabido ganarse el respeto de todos los aficionados al buen fútbol. Es el capitán de la mejor España de todos los tiempos y eso merece la admiración de todos. Es bueno que si dejan de contar con él se vaya con humildad y agradecimiento hacia un club y una afición que le han dado todo.
Yo soy del Barça y me encantaría que la próxima temporada fuera el sustituto de Víctor Valdés, aunque no creo que sea una posibilidad que contemple Iker. Sería traicionar todo lo que vivió y sintió desde niño pero cosas más difíciles se han visto. Tiene años de fútbol y no debe desperdiciarlos en el banquillo ni atrincherándose en los medios de comunicación. Sencillamente debe saber despedirse con elegancia como lo supo hacer Raúl hace tres años.
Está claro que todos desearían despedirse en su club de toda la vida aún perdiendo dinero. Casos como Pujol o como Xavi en el Barça no suelen ser muy habituales. La vida es eso, todo lo que te pasa mientras te empeñas en hacer otros planes, pero la vida continúa y debes ser elegante en las despedidas como lo fuiste desde que debutaste con el primer equipo. Esperemos que Iker sepa gestionar los últimos años de carrera deportiva. Se lo merece él y nos lo merecemos todos aquellos que le hemos admirado en su trayectoria deportiva.
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