Neymar es, según todas las fuentes, nuevo jugador del FC.Barcelona. Es una muy buena noticia para un equipo que necesita aire renovado para afrontar la nueva temporada. Está fuera de toda duda la calidad futbolística de un jugador que tiene todos los números para suceder a Messi en el máximo escalafón del fútbol mundial.
Lo peligroso de todo esto es que ambos jugadores van a ocupar el mismo vestuario y quien sea el entrenador del Barça la próxima temporada tendrá como misión principal administrar los egos de estas dos grandes figuras.
A Messi no le gusta que alguien le haga sombra en el vestuario. No aceptó de buen grado la competencia de Etoo, Ibrahimovic y tampoco la de Villa. A todos, por argumentos futbolísticos, pudo vencerles en el terreno de juego y ante la opinión pública culé. Me temo que con Neymar no lo va a tener tan fácil. Hablamos de un jugador de 21 años que es titular indiscutible con la selección brasileña y que ha ganado todos los títulos posibles en América, la copa Libertadores incluida.
Es elegante, con olfato de gol, espectacular y con ganas de hacerlo bien en Europa, donde sabe que se ganan los grandes galardones individuales. Por eso, pienso que Messi tendrá más competencia que nunca.
Ahora hay dos opciones: que Messi, como es previsible, se crezca en las adversidades y firme otra temporada estratosférica o que haga lo que al final de esta temporada agachando la cabeza cuando vienen mal dadas.
Está claro que hablamos del que posiblemente cuando se retire sea el mejor jugador de la historia con permiso de Pelé y eso son palabras mayores, pero no deja de tener parte de razón Cruyff cuando recuerda que no es bueno que un barco tenga dos capitanes.
Se supone que Neymar aceptará su papel de actor secundario frente a la figura enorme de Messi y venga a sumar. De lo contrario tendremos un problema y de los grandes. Por el momento, todos los culés deseamos ver ya a estas dos grandes figuras del fútbol compartir equipo. Imaginamos, soñamos, goles y jugadas imposibles y una temporada en la que volvamos a recuperar el liderazgo del fútbol mundial que perdimos en la última temporada.
Estamos como niños con zapatos nuevos. ¡¡¡Por Dios, que empiece ya la nueva temporada!!!
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