El Bayer Münich se ha convertido esta noche en campeón de Europa por quinta vez en su historia. Cierra así una temporada de ensueño en una final en la que hubo buen juego, emoción y crieterio futbolístico.
Se enfrentaban dos auténticos equipos de fútbol en los que prima el colectivo, extraordinariamente bien trabajados física y tácticamente hablando. Está claro que estaban en la finalísima por méritos propios y más claro todavía que merecían un título por juego, ganas y por justicia deportiva.
Las semifinales fueron clarificadoras al respecto. El Bayer trató al Barça como un equipo menor, borrándole del campo en todos los aspectos. El Borussia, sin embargo, sudó tinta para pasar en el Santiago Bernabéu, pero justamente esta circunstancia le hacía acreedor a su condición de finalista.
Se vio buen fútbol y sobre todo algo que aprecio especialmente: organización, disciplina táctica, técnica y buen gusto futbolístico. En este sentido, me encanta el planteamiento de Jürgen Klopp, un entrenador exquisito que apuesta por el buen fútbol, por el talento mezclado con una perfecta organización y ocupación del espacio.
La conclusión a todo esto es que el fútbol alemán está de vuelta, reforzado por jugadores de gran proyección como es el español Javi Martínez que, una vez más, dio todo una lección de fútbol. Pensar que el Barça se contentó con Song, cuando debería haber apostado por el navarro causa absoluto sonrojo pero un mal día, pensaría Rosell, lo tiene cualquiera.
Alemania vuelve a estar en plena forma a un solo año de disputar el Mundial de Brasil. Tiene una generación de jugadores espectaculares con hambre de títulos, una simbiosis perfecta entre talento y poderío físico. Esto es lo único que me preocupa. España tiene una cita inexcusable en Brasil y está claro que Alemania nos debe una después de haberles apeado de semifinales en el pasado Mundial y haberles derrotado en la final de la Eurocopa de Austria.
Mientras ese momento llega, es positivo disfrutar de un buen partido de fútbol. Para quien amamos el fútbol por encima de todo, nos encanta ver partidos como el de esta noche. Fue una final digna, muy digna para los buenos paladares.
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