Esta semana en Barcelona se han sucedido una serie de ruedas de prensa en las que se ha anunciado, entre otras cosas, que Abidal se marcha, que Valdés tiene los dos pies fuera del club y que Pujol y Tito Vilanova siguen. De todas ellas la más emotiva ha sido la despedida de un todo un señor del fútbol: Eric Abidal.
Emociona mucho ver emocionarse a un hombre que ha ganado la batalla a la vida con una dignidad increíble, por alguien que ha luchado por el sueño de poder seguir viviendo y dedicándose a lo que más le gusta. Todos los culés tenemos especial debilidad por este jugador: elegante, discreto, humilde, buen central y mejor lateral izquierdo. Como jugador lo ha ganado todo y como persona se ganó para siempre el corazón de todos los que sienten que la vida hay algo más que un balón o un estadio, que por encima de todo importa vivir a pesar de todo, con la mayor dignidad que se pueda.
Para siempre Abidal estará en el corazón de los culés. Personalmente yo hubiera apostado por dejarle un año más en el vestuario azulgrana. Aportaría mucho más que otros que no justifican con hechos las expectativas levantadas cuando fueron fichados. Está claro que el deporte de élite es incompatible con cualquier forma de romanticismo y que vales tanto como tu último resultado, pero creo que Abidal si merecía un año más. En cualquier caso, seguro que volverá allí donde amó tanto vivir y esperemos que con un puesto tan digno como merece.
El otro caso es el de Víctor Valdés, el eterno incomprendido. Creo que se marcha por agravio comparativo con el resto de estrellas blaugranas: Xavi, Messi, Iniesta y Pujol están en una tabla salarial que Valdés le hubiese gustado tener. El resto son tonterías. La grada siempre ha aplaudido a Valdés porque honradamente se ha ganado el título de mejor portero de la historia del Barça con permiso de Zamora y Ramallets. Con una titularidad consolidada no veo otro motivo para su salida que no sea firmar su último gran contrato como profesional.
Allá donde vaya dejará profesionalidad y buenas actuaciones, pero también deberá asimilar que ya nunca llegará a alcanzar la cima profesional como hasta estos momentos. Incluso, si es que elige una mal destino, puede peligrar su puesto como portero de la Selección española para el Mundial del próximo año. La memoria es flaca y seguro que Del Bosque llevará a los porteros que pasen una mejor racha competitiva.
Para finalizar, Vilanova y Pujol dicen que siguen. Pues me parece perfecto porque el alma del vestuario es Carles Pujol, un jugador íntegro, con alma, con corazón blaugrana. La competencia será dura, pero el eterno capitán ha superado muchas de esas y el próximo año no será una excepción.
Esperemos que todo redunde en el bien del Barça. Neymar, Messi e Iniesta prometen tardes de gloria y yo ya estoy deseando que empiece la próxima temporada.