Nunca he visto en un campo de fútbol un equipo tan comprometido con una idea de fútbol, con un patrón de juego marcado a sangre y fuego por un entrenador que ha vivido los colores del Atlético de Madrid como nadie dentro del terreno de juego.
El Atlético de Madrid es un equipo organizado, disciplinado tácticamente, solidario en todas sus líneas, sin egos personales que trabajan para el colectivo. Viven como equipo, saben que, o viven como colectivo, o morirán como individuos. Esa es la grandeza de este equipazo con mayúsculas. Es una plantilla de hombres comprometidos por una causa, la causa del Atlético de Madrid, por encima de premios individuales, por encima de fichas astronómicas.
Me da muchísima envidia el Atlético de Madrid, su forma de sentir y entender el fútbol, su forma de interpretarlo, con el impulso de una afición que está y ha estado a las duras y a las maduras. Fuera de las fotografías, de las fiestas vip, los jugadores del Atlético de Madrid son un ejemplo de profesionalidad, de hacer las cosas sin aspavientos, de un trabajo sencillo y callado que está a punto de convertirlos en campeones de Europa.
Nada me haría más ilusión que ver al Atlético de Madrid campeón de Europa porque sería el premio a tanto trabajo bien hecho. Se saldaría una deuda histórica que dura más de 40 años, desde aquella mítica final contra el Bayer Múnich.
Lo de esta noche ha sido un monumento al fútbol, a una filosofía futbolística que tiene que ver con el compromiso de un equipo para con su historia y su afición. Ya va siendo hora de ser campeones de Europa, delante del mejor de los rivales posibles: el Real Madrid y toda su historia.
Será un derby apasionante, no apto para cardiacos, una final por mil argumentos inolvidable, que marcará una antes y un después en ambos equipos. Lo viviremos con absoluta pasión. Con ello se pondrá punto y final a la temporada para dar paso al Mundial de Brasil donde, bajo mi punto de vista, Koke, Juanfran, Diego Costa y Villa deberían estar en la lista de convocados de España.
Han sido muchos momentos de duda, de turbulencia, de tempestad, muchos momentos difíciles, incluido en paso por la Segunda División. Ahora el Atleti está en lo más alto del fútbol mundial por derecho propio y es el tiempo de disfrutarlo. Se merece ser campeón de Liga y campeón de Europa. ¡¡¡Nos vemos en Neptuno!!!
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