miércoles, 16 de abril de 2014

F.C Barcelona, R.I.P

El Madrid entierra a un Barça triste
Duele asistir a una misa de funeral en vísperas de Jueves Santo del equipo que, hasta hace unos meses, emocionaba verle en cada partido. El Barça ha muerto de manera traumática, en una final donde nunca estuvo salvo Marc Bartra, un jugador con aroma de grande.
Irreconocible en todas las líneas, con Messi y Neymar desconocidos, con la mente puesta en el Mundial de Brasil, con un lío táctico de primera magnitud en el que Cesc no se sabe dónde juega y con un Dani Alves pidiendo a gritos la jubilación.
Un panorama desolador, un equipo desbordado por los acontecimientos, por la crisis institucional, por el fin de ciclo que Tata Martino se ha empeñado en acelerar. Duele mucho perder así frente al Real Madrid, otro equipo que andada en la UVI hacia una semana. Es un punto y final a un equipo que marcará una época dentro del fútbol mundial aunque es verdad que en el fútbol no hay sitio para el romanticismo.
Los aficionados somos resultadistas y nuestra memoria no va más allá del último resultado. En este sentido, sí quiero reivindicar tantos y tantos momentos de gloria de esta generación de jugadores que han escrito con letras de oro la historia del club. Su trayectoria quedará en nuestra memoria para siempre pero se debe mirar adelante y ya son muchas semanas que estamos escribiendo esta especie de réquiem por una época que difícilmente se repetirá.
Son muchos interrogantes los que deja este equipo y muchas más las que ofrecen algunos jugadores que piden cada temporada mejoras de contratos sin tener en cuenta su rendimiento en el terreno de juego. Esa espiral de egos, esa mala gestión de vestuario, esa planificación deportiva complaciente con algunas figuras están en la raíz de algunos de los problemas importantes que soporta el equipo.
Ver a Pinto con casi 40 años de titular en una final de Copa, una defensa en cuadro, una dirección técnica pasiva y complaciente no han ayudado precisamente a terminar con fuerza la temporada.
Ahora queda una travesía del desierto con un Mundial como paréntesis de cara a la próxima temporada en el que, a buen seguro, veremos al mejor Messi y al mejor Neymar. Mientras todo eso sucede queda esta semana negra y lamentable en la historia del Barça y esa sensación de volver a tiempos pretéritos donde el discurso victimista era la mejor vacuna para tapar el fracaso colectivo de un equipo que, sinceramente, merecía un mejor final. Descanse en paz.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario