Si hay un personaje absolutamente querido en el FC Barcelona ese era Antoni Ramallets, bajo mi punto de vista el portero más importante de la historia del club. Bien es verdad que la portería del Barça la ha defendido Zamora, quizás el portero español más completo de la historia, Andoni Zubizarreta o el propio Víctor Valdés, pero ninguno de estos tres ha acabado o acabará su carrera deportiva en el club.
El fútbol, además de títulos colectivos e individuales, son sentimientos y Ramallets ha representado como nadie la fidelidad a un club, el compromiso con unos colores a pesar de muchos sinsabores. Hoy ha muerto con 89 años, justamente el mismo día que Neymar debutaba con el Barça. Son dos ejemplos antagónicos de todo lo expuesto. Neymar viene a Europa para completar su currículum deportivo y para ganarse la vida con pasión que es el fútbol a cambio de un contrato millonario. Dejó atrás su país, su club y su vida a cambio de mejorar profesionalmente. Ramallets, por contra, nació, creció y murió abrazado a unos colores por los sintió verdadera pasión y devoción.
Su figura personal transciende a la deportiva, eso no lo duda ningún culé. Para la historia ha quedado la pertenencia al Barça de las cinco copas donde Lazy Kubala y él mismo eran sus más insignes representantes. Ese Barça era el mejor de la historia hasta la aparición por el banquillo culé de Pep Guardiola, medio siglo después. Nunca pudo cumplir su sueño de proclamarse campeón de Europa con el Barça, a pesar de haber disputado la final de Berna 1961 contra el Benfica de Eusebio. En esa final, el Barça estrelló el balón contra el palo, contra el larguero y contra la propia mala suerte. A pesar de ello, Ramallets siguió siendo el portero más importante de la historia culé. Conquistó 5 veces el trofeo Zamora y fue, no lo olvidemos, el portero de la Selección española en el Mundial de Brasil de 1950, donde España conquistó un meritorio cuarto puesto, el mejor hasta que fuimos campeones en el Mundial de Sudáfrica 2010.Su actuación fue tan destacada en aquel Mundial que fue bautizado como el "gato de Maracaná". Todo ello es importante, pero lo más importante es que ha muerto un hombre bueno que supo disfrutar del fútbol con humildad y con absoluta pasión. Hoy todo el mundo futbolístico está conmocionado con su muerte. Como culé y como español agradezco sus grandes servicios al Barça y a la Selección española de fútbol. Descanse en paz.
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