domingo, 31 de mayo de 2015

El Barça de balomano, campeón de Europa.

¡El Barça ya es campeón de Europa!
Esta tarde el Barça de balonmano ha ganado su noveno título de campeón de Europa. Lo ha hecho con rotundidad y solvencia frente al Vezprem húngaro, entrenado por el exazulgrana, Antonio Carlos Ortega y liderado por otro exazulgrana mítico, Laszlo Nagy. 
Ha firmado un partido muy completo pese a tener la baja de Rutenka y la de Lazarov, que apenas ha podido jugar media parte por un golpe en los primeros minutos de partido. Ante este panorama tres jugadores han tomado la responsabilidad: Raúl Entrerríos, un central de leyenda, Daniel Saric, el número uno mundial en la porteria y, sobre todo, Nikola Karabatic, bajo mi punto de vista, el mejor jugador de balonmano de la historia.
Karabatic es el líder de la defensa y del ataque blaugrana, es el líder de la selección francesa y reúne todas las características de un jugador perfecto: garra, coraje, disciplina táctica, técniza depurada y sentido de la responsabilidad. Llegó al Barça hace dos años para devolverle el trono europeo y lo ha cumplido antes de retornar a Francia para acabar su carrera deportiva. Ver jugador a Karabatic es como ver jugar a Messi. Es un jugador superior, tocado por la gracia de los dioses. El Barça llorará su pérdida a pesar que para sustituirle viene Momir Ilic, quizás el jugador joven con más talento del mundo. Esta tarde mismo ha sido el auténtico líder de un Vezprem al que la final le ha venido muy grande.
Me encanta el balonmano, es mi deporte de equipo favorito, y me congratula mucho haber podido ver como aficionado los nueve títulos de campeón de Europa del Barça. Desde el primer título, allá por el año 1991, con Vujovic y Lorenzo Rico como líderes del equipo, pasando por las cinco copas de Europa consecutivas de Valero Rivera, con Barrufet, Masip, Urdangarín hasta las tres últimas con Iker Romero, Juanín García o el propio Karabatic. 
Para quienes amen el balonmano poder disfrutar de un equipo como el Barça es un auténtico placer. Es un equipo al que no veo techo porque el club tiene cultura de balonmano, crea un caldo de cultivo para futuros equipos campeones. El mito de los dioses del balonmano cada año se engrandece más con las hazañas del Barça. Nos hacía falta la novena como antesala a la quinta de futbol. ¿Quién puede pedir más para este fin de temporada culé?.

sábado, 30 de mayo de 2015

Barça campeón de Copa del Rey, Messi estratosférico.

El Barça gana la Copa con un Messi estratosférico
El Barça ya tiene su doblete. Campeón de Liga y de Copa del Rey son credenciales suficientes para subir al Olimpo de los dioses a una plantilla y a un entrenador, a los que nadie concedía el menor crédito a inicios de temporada. La final de la Copa del Rey dejará para la memoria dos grandes titulares: la actuación estratosférica, con golazo incluido de Messi y la gran pitada al himno de España, algo que a muchos aficionados culés nos da infinita vergüenza. 
Yo he visto miles de finales en todos los deportes y en muchos países del mundo pero en todas ellas se ha escuchado el himno con respeto. No pedimos que se canten los himnos como en el 6 Naciones de Rugby pero, al menos, que se respete aquello que es común a 46 millones de españoles. Yo soy español, más culé que nadie y pitar al himno de España es menospreciar aquello que a muchísimos culés de Madrid, Extremadura, Andalucía o Melilla nos representa.
Aparte del himno, el resto de la final es para enmarcar. Complicidad entre aficiones, buen fútbol, la consagración, una vez más de un mito del fútbol, intensidad e historia de una final de Copa en el Camp Nou con el Barça como protagonista, algo inédito en los tiempos modernos.
Se agotan los calificativos para definir a Messi, al gol de Messi que parece más de PlayStation que otra cosa. Regatea a seis jugadores como si estuviera jugando contra niños de patio de colegio y coloca un gol a la cepa del palo con precisión de cirujano. Está claro que estamos, bajo mi punto de vista, ante el mejor jugador del mundo y el mejor de la historia, con el permiso de Pelé.
A Messi le acompañaron jugadores como Neymar, al que le sobró la filigrana final, Piqué, excepcional en el centro de la defensa y Busquets, un catedrático tácticamente hablando, siempre en el sitio exacto, auxiliando tanto a la defensa como el ataque.
La final fue la antesala de la finalísima de Champions League frente a la Juventus, para mi el título más importante de la temporada porque es en Europa donde se engrandecen los mitos, donde se conforman las leyendas futbolísticas. Tener 27 o 26 títulos de Copa del Rey no es demasiado importante, pero levantar la quinta Copa de Europa sí lo es. 
Veo al equipo en pleno estado de forma, con sus jugadoress importantes concentrados y enchufados en los partidos y con una sensación de hacer algo muy grande: hacer triplete en el fútbol del siglo XXI. Juventus y Barça luchan por el triplete en una final que promete muchísima emoción.
Me gusta este Barça, me parece serio y creible. Tan sólo le falta la guinda de un pastel de una temporada inolvidable que tiene cita en el tiempo: próximo sábado, Berlin, frente a la Juventus de Turín. 

jueves, 28 de mayo de 2015

El Sevilla, ese equipazo campeón que dirige Emery


Me encanta el Sevilla y me encanta su entrenador, Unai Emery. Su propuesta es clara: jugar al fútbol con intensidad, al ataque, sin medias tintas. Tuve el honor de conocer a Emery cuando era una humilde redactor de la Cadena SER y él jugador del Leganés. Era un hombre con clase y palabra, siempre dispuesto a la llamada de la Cadena SER. Yo sabía que llegaría alto porque era profesional y elegante en las formas. Su propuesta futbolística es la traslación de su personalidad, por eso no es de extrañar que le acompañe el éxito, allá donde vaya. 
Su cuarto triunfo en la Europa League, heredera de la Copa de la UEFA, habla por sí mismo de la temporada que ha firmado el Sevilla. En Liga ha jugado como los ángeles, ha sumado un nuevo título europeo y de premio ha conseguido plaza directa en la Liga de Campeones de la próxima temporada.
Es un equipo muy interesante, con jugadores con muchísima proyección. Me gusta Bacca, el delantero centro colombiano que firmó dos goles en la final, me encanta Alexis Vidal, futuro lateral derecho del Barça, Vitolo y dos jugadores veteranos pero excelentes: Banega y Reyes, un jugador exquisito técnicamente hablando. A los citados se unen Dennis Suárez y Delofeu, dos jugadores cedidos por el Barça que pueden triunfar la próxima temporada en el primer equipo culé.
El sumatorio final es un equipo muy trabajdo tácticamente, con talento en el centro del campo y con un extraordinario gen competitivo. Ganar una Europa League con el presupuesto del Sevilla y hacerlo  por segunda vez de forma consecutiva es una auténtico milagro futbolístico. 
El secreto es la profesionalidad y el trabajo de una plantilla y de un equipo que merece el reconocimiento general de todos los aficionados al fútbol. Que vayan aprendiendo otros clubes que gastan ingentes cantidades en renovar sus plantillas de forma irracional y alocada.
Son 4 títulos europeos que le convierte en el club más laureado en esta competición por encima de Juventus de Turín, Liverpool e Inter de Milán, que suman 3 títulos. Ahí queda eso. Desde aquí me gustaría dar la enhorabuena a todos los sevillistas y, especialmente, a Unai Emery, un hombre que plantea el fútbol como vive, de manera pasional y elegante. Y el próximo año más y mejor...en la Champions League.

martes, 26 de mayo de 2015

Exhibición de Contador en el Giro de Italia


Los amantes al buen ciclismo estamos disfrutando como nunca del buen ciclismo que viene del Giro de Italia. Es ciclismo del bueno, del que habla de épica, de lucha a muerte en cada puerto, de superación ante la adversidad de las caídas, de las inclemencias del tiempo. Esta lucha dignifica al ciclismo y lo aleja del dopaje, el verdadero cáncer de este maravilloso deporte. 
Personalmente odio a todos los deportistas tramposos, les considero una lacra para el deporte profesional pero también pienso que todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad. Para muchos amantes del ciclismo, Alberto Contador se está mereciendo el crédito después de sus dos años de suspensión por haber tomado clemboterol en la edición del Tour de Francia del año 2010.
Fue muy duro que le quitaran de su palmarés el Tour de Francia de 2010 y el Giro de Italia del año 2011. Dos carreras grandes no las gana cualquiera como para perderlas por una decisión administrativa. Está claro que aquello que no mata te enseña a ser más fuerte y Contador se ha forjado un plus de esfuerzo y sufrimiento sobre la bici en aquellos largos meses en los que entrenó para volver a lavar su honor. 
El Giro de Italia de esta edición es, sencillamente, épico. Etapas con un sabor a viejo ciclismo, del que engancha a la afición en las que destacan por encima de todos dos españoles: Mikel Landa y Alberto Contador, además de Beñat Intxausti, ganador de una etapa. La guinda del pastel ha sido la subida de hoy al Mortirolo, en el que Contador ha dejado para los anales del ciclismo una de las lecciones más bonitas de los últimos tiempos. 
Contador ha sentenciado el Giro de Italia dejando al ídolo local, Fabio Aru a casi cinco minutos. A su lado, el ganador de la etapa, Mikel Landa, un corredor a tener muy en cuenta para las grandes vueltas por etapas. 
Me alegro por Contador, ganador de dos Tour de Francia, 3 Vueltas a España y previsible dos Giros de Italia. 7 grandes vueltas por etapas, a la altura de Induráin, Hinault, Coppi o Anquetil, nada menos. Por encima tan sólo Eddy Merckx, el mejor ciclista de todos los tiempos. Contador es muy grande. Le quitaron dos grandes, lo que le dejaría en el segundo escalón tras Merckx. Eso son palabras mayores.
Yo espero que no se retire al final de esta temporada. Creo que puede ganar este Tour de Francia y seguir, al menos, una temporada más. Por el momento nos está dejando una maravillosa lección de vida y de ciclismo, confirmando aquella máxima de Michael Jordan "mi éxito se basa en todas aquellas veces en las que me supe levantar tras cada derrota". 

jueves, 21 de mayo de 2015

Adiós Xavi, siempre en el corazón

Los números de Xavi en el Barça, temporada a temporada
 Un jugador que ha vestido 764 partidos la camiseta del Barça y ha ganado 23 títulos, entre ellos 8 ligas, 3 copas de Europa, dos mundialitos de clubes, además de ser campeón del mundo y de Europa a nivel de selección, no merece más comentario que un infinito apluaso de agradecimiento por los servicios prestados. Punto.
Ha sido el gran capitán del Barça y de la Roja, en el mejor periodo deportivo de ambas. Además deja una trayectoria humana de concordia, humildad  y rivalidad sana lo que mereció su premio, junto a Iker Casillas, del Premio Príncipe de Asturias del deporte. Los elogios son infinitos y los reproches muy escasos hacia quien ha sido un culé de corazón y de cabeza, un jugador que rechazó ir a otros clubes, aun ganando más dinero, por no tener que enfrentarse al club de sus amores.
Eso habla mucho y bien de Xavi. Ahora se va a Qatar, firmando el último contrato profesional de su vida y con la mirada puesta a su formación como futuro entrenador del Barça. En este sentido su adiós es más bien un hasta luego. Se va en su mejor momento y con todos los honores y reconocimientos de la afición culé, sin escuchar ni un solo silbido, sin recibir un mal gesto ni por parte de compañeros ni tampoco de su entrenador.
Cuando alguien deja su profesión de esta manera es que detrás ha habido una labor de muchos años de esfuerzo callado, de profesionalidad, de no rendirse ante ninguna adversidad, ni siquiera cuando tuvo la peor lesión que pueda tener un futbolista, la famosa "triada". Llega el momento del adiós y, por mi parte, le  digo: gracias por haber dado tanto por el Barça y por la Selección española de fútbol. 
Bajo mi punto de vista es un jugador, como dijo Iniesta, irrepetible porque muy pocos han conjugado de una manera tan perfecta su gran visión de juego, con su capacidad para ordenar a todos sus compañeros en el campo, como si de una partida de ajedrez se tratase, además de ser un estilete ofensivo de primer nivel.
Le deseo muchísima suerte, a pesar de dejar el centro del campo y el vestuario culé huérfano, en un vacío que será imposible de llenar por otro jugador. Da lástima que Xavi se vaya y sus dos sucesores naturales, Cesc y Thiago hayan emigrado a otros clubes. Ellos no pudieron con su mito. Esperemos que su espíritu sea la luz que ilumine al Barça la siguiente temporada. Gracias Xavi, en el corazón siempre.

domingo, 17 de mayo de 2015

El Real Madrid, 20 años después, merecido campeón de Europa de baloncesto


No soy sospechoso de esto: siempre he defendido a Pablo Laso, siempre. Hace una propuesta de baloncesto atractiva, abierta al espectáculo, explotando las virtudes de cada uno de sus jugadores. Me parece un técnico tácticamente bueno pero excelente como gestor de vestuario. Ha sido campeón de Europa con un equipo veterano y experimentado, la temporada que se fue Mirotic, bajo mi punto de vista el mejor jugador joven de Europa, como está demostrando en la NBA.
Hoy el Real Madrid saldó muchas cuentas pendientes, especialmente con el Olympiacios y con Spanoulis, hoy en la final un base absolutamente vulgar, muy lejano al que conocíamos de sus mejores tardes. Se sacó la espina de la final del año pasado, en la que el Real Madrid perdió por accidente, después de desperdiciar 20 puntos de ventaja.
Perdió la final el Olympiacos, un equipo absolutamente competitivo, trabajador, tácticamente sobresaliente pero con una propuesta baloncestística lamentable: partidos de 60 puntos, defensas cerradas y juego al límite del reglamento.
Hoy el Real Madrid se sobrepuso a sus viejos fantasmas con el brillo de lo mejor de la selección española que tantas alegrías nos ha dado en la última década: Llul, Chacho Rodríguez, Rudy Fernández y Felipe Reyes son piezas esenciales de la Roja de basket. A ello se suma un jugador veterano y estratosférico: el Chapu Nocioni, un argentino que brilló en la NBA antes de retornar a Europa para dejarnos lo mejor de su baloncesto.
Se supone que el equipo necesitará un refuerzo en algunos puestos, especialmente en el poste alto, pero seguro que dará nuevas alegrías a la afición blanca. No dejar de ser una paradoja que hayan sido campeones de Europa el mismo día que el Barça ganaba el título de Liga de fútbol. Al menos será un consuelo para muchos madridistas enfadados con el rendimiento de la sección de fútbol.
No es el mejor Real Madrid de baloncesto de la historia pero se merecían el título como ningún otro equipo de la historia del club. Bien por Pablo Laso, ese técnico que el pasado verano apareció en la prensa como destituido como entrenador. Así es la vida y así el basket.

El Barça, justo campeón de Liga

¡Grandes campeones!
El Barça ya tiene en sus vitrinas su vigesimotercer título de Liga. Hace justicia a una temporada llena de sobresaltos, en la que apenas hace cuatro meses una mañana Messi no se presentó a entrenar, el entrenador tenía los dos pies fuera del club y el director general deportivo era cesado de malas maneras. Todo sucedió después del partido de Anoeta, donde el Barça sufrió su derrota más dura de la temporada.
Ahora se sabe que Messi y Luis Enrique tuvieron una sonada bronca, que todo pareció desbordarse en unas horas locas hasta que el eterno capitán, Xavi Hernández, tomó las riendas del vestuario y firmó un pacto de sangre entre los jugadores y el cuerpo técnico. Lo que siempre digo, que es mi lema favorito en los deportes de equipo: "o vives como colectivo o mueres como individuo". A esa conclusión llegaron Messi, Neymar, Luis Suárez y todo el conjunto de jugadores que vieron como mejor estrategia unir lo mejor de cada uno para reforzar el conjunto. El resultado es un título de Liga arrebatado con toda justicia al actual campeón de Europa, el Real Madrid de Ancelotti, que a mitad de temporada a punto estuvieron de batir el recórd mundial de victorias consecutivas.
Así es el fútbol, ese deporte que nació para hacernos un poco más felices. He disfrutado mucho viendo este equipo, este conjunto de jugadores entrenados por un icono blaugrana del último cuarto de siglo. Luis Enrique siempre ha representado profesionalidad, honestidad y entrega y eso es lo que ha propuesto este año como entrenador.
Además de ello hemos tenido el privilegio de disfrutar de Messi, un jugador que está llamado a ser nombrado de manera unánime, cuando se retire, como el mejor jugador de la historia del fútbol con el permiso de Pelé. Sus datos abruman pero su personalidad en el campo aún más. Es el líder de un equipo estratosférico en el que figuran elementos tan importantes para nuestra memoria colectiva como Iniesta y Xavi, los dos grandes lideres de la Roja que conquistó dos eurocopas y un mundial.
Me gusta menos este Barça que el de Cruyff y el de Guardiola pero tiene una virtud: es fléxible, se adapta a las circunstancias del rival y del partido, cultiva la táctica a balón parado y sabe muy bien ejecutar el contragolpe, aspectos que Cruyff y Guardiola apenas trabajaron.
En el momento del éxito todos nos apuntamos al carro. Yo solo espero que sea el primer título del mítico triplete. Terminar la temporada como campeón de Liga, de Copa y de Europa sería sencillamente una utopía conforme arrancó la temporada.
Hemos sufrido pero también hemos disfrutado mucho de este equipo y de estos jugadores. Me gustan los que casi a todo el mundo: Messi, Neymar, Luis Suárez, Iniesta o Xavi, pero también jugadores como Mascherano, todo humildad y profesionalidad, Busquets, la materia gris del Barça o Claudio Bravo, un portero que ha hecho olvidar a Víctor Valdés con soberbias actuaciones. 
Después de todo y ante todo, ¡visça el Barça!. Nos vemos en Berlín, levantando la quinta Copa de Europa...Por soñar que no quede.

martes, 12 de mayo de 2015

El Barça, finalista de la Liga de Campeones

Con el tridente a Berlín
El Barça jugará una nueva final de la Copa de Europa. Bajo mi punto de vista es el equipo más completo de Europa y es favorito ante cualquier rival, incluido el Real Madrid, su previsible rival en la final. Si nos dicen a mitad de temporada que seríamos campeones de Liga y posiblemente de la Copa del Rey y de Europa, ningún culé lo creería. 
Después de una titubeante primera vuelta en la que Luis Enrique estuvo a medio segundo de ser destituído y en la que su director deportivo, Andoni Zubizarreta, fue destituido y convocadas elecciones para este verano, nadie pensaria que jugaríamos la final de la Copa de Europa, eliminando en el camino al campeón de Liga inglesa (Manchester City), al campeón de Liga francesa (PSG) y al campeón alemán (Bayer Münich).
La superioridad en la semifinal ha sido aplastante. El Barça ha eliminado sin despeinarse al Bayer en el partido de vuelta, con la sensación de haber tenido una clemencia con Pep Guardiola, el iniciador del ciclo mágico culé del ultimo lustro. Una vez más, ha quedado claro que el Barça cuenta con EL mejor triplete de delanteros del mundo. En contra de lo temido, Suárez, Messi y Neymar enriquecen su juego con la aportación del compañero, han aunado calidad y pasión, se han conjurado para hacer un Barça más grande. 
El triplete mágico y el resto del equipo ha interiorizado aquella máxima del deporte: "o vives como colectivo o mueres como individuo". Luis Enrique ha sido el equilibrio para conseguir esta fórmula alquímica, Ha conseguido la pax dentro del terreno de juego y ha dejado, tras el encontranazo que tuvo con Messi, que los capitanes piloten la vida del vestuario hacia el horizonte de un nuevo título de campeón de Europa.
Personalmente me gustaba mucho más el Barça de Guardiola porque soy favorable del fútbol total, del toque como seña de identidad, pero reconozco que Luis Enrique ha gestionado el esfuerzo a lo largo de la temporada y ha ofrecido distintas propuestas para ganar partidos, sin cuestionar las esencias más íntimas del Barça que bautizó futbolísticamente Cruyff hace más de veinte años.
Me gustaría una final con el Real Madrid, sinceramente. Ganarla sería el acontecimiento histórico más importante en los más 100 años de historia del club y yo tendría el privilegio de vivirla. Para quien vivió casi 20 años de ostracismo en los grandes títulos, para quien recuerda como ayer la derrota en Sevilla de la Copa de Europa de 1986 y para quien padeció más de una década sin un título de prestigio, poder disfrutar de la cuarta final en apenas 7 años es algo excepcional.
Hay que disfrutar del momento, de ese "carpe diem" que pasa por este final de temporada llena de buenas noticias, de grandes sensaciones. Este Barça merece el reconocimiento unánime de la afición. Luis Enrique ha construido un equipo creíble y fiable, que dignifica la historia del club y la memoria de muchísimos aficionados que sueñan, una vez más, con ser grandes en Europa, en el lugar de la verdad, en ese donde nace la leyenda de un equipo que merece ser, por derecho propio, el nuevo campeón continental. ¡¡¡Visça el Barça!!!.

sábado, 2 de mayo de 2015

Mayweather gana por puntos el combate del siglo de boxeo


Hace muchísimo tiempo que un combate de boxeo no levantaba tantas pasiones como el celebrado esta madrugada en Las Vegas. Se enfrentaba un imbatido en su carrera profesional Floyd Mayweather con el filipino Many Pacquiao por el título mundial de los pesos welter (147 libras), versión Organización Mundial, Consejo Mundial y Asociación Mundial.
La decisión final fue una victoria por puntos, por decisión unánime, de Floyd Mayweather, con lo que unifica todas las coronas del peso welter, a excepción del título de la Federación Internacional de Boxeo. Una decisión injusta, bajo mi punto de vista. Fue un combate disputado en dos grandes fases: la inicial contó con la iniciativa de Pacquiao que encontró combinaciones precisas para ir desgastando a Maywather; la final, cuando a Pacquiao le empezaron a pesar las piernas, fue para Mayweather que terminó mejor el combate, lo que cuenta mucho en las valoraciones de los jueces. 
La estadística oficial habla de más golpes lanzados por Mayweather (435) que por Pacquiao (429) y también de un mayor porcentaje de golpes efectivos (34%) por parte del americano frente al 19 % del filipino. En este estado de cosas venció la inercia final y la gran ascendencia que tiene Mayweather sobre los árbitros en todas las peleas.
Mayweather unifica las coronas del welter y sigue imbatido desde los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996, pero este combate era en el campo amateur. Se queda a un solo combate de Rocky Marciano que se retiró con un 49-0 como el único campeón del mundo del peso pesado que no perdió jamás en el campo profesional.
Pacquiao, por su parte, cierra su carrera profesional con un sabor agriculce. Hizo un buen combate, para mi nulo, lo que hubiera obligado a un revancha pero se desfondó en la parte final de la pelea, algo que Mayweather no perdona. Se supone que pondrá punto y final a su carrera porque eso le prometió a su esposa antes de la celebración de esta mítica pelea. Atrás deja una carrera deportiva inmaculada, escrita con letras de oro, siendo campeón en varias categorías y siendo el mejor boxeador de la primera década del siglo XXI junto con Mayweather y Vitaly Kliskcho. 
El resto es pura anécota: los 500 millones de dólares que movió la pelea, los 180 millones de dólares para Mayweather y los 120 para Pacquiao y las escasas posibilidades de repetirse la pelea ya que el púgil norteamericano lo dejó muy clarito en el contrato firmado. Si ganaba no habría revancha, si perdía sí. Así son las cosas en el mundo del boxeo. 
Lo importante de este combate ha sido poner, de nuevo, el boxeo en la primera línea del deporte mundial. Es un deporte señalado por su carácter violento pero quienes le critican no se han parado ni un solo segundo a observar la nobleza del mismo. El boxeo ha sido un deporte maldito pero ha sacado de la marginalidad a miles de jóvenes en muchas partes del mundo que vivían en la marginalidad. El mito del niño pobre que solucionó la vida suya y de su familia desde la humildad y la autosuperación se cumple en el mundo del boxeo.
Me ha gustado esta madrugada recordando viejos tiempos de niño viendo a Tyson, Julio César Chávez, Ray Sugar Leonard, Javier Castillejo y una larguísimo etcétera de grandes deportistas que conforman la memoria colectiva de todos los amantes del boxeo. Mereció la pena el sueño y el madrugón para presenciar el que, sin lugar a dudas, ha sido el combate más importante del siglo XXI.