España fue finalmente bronce en el Eurobasket de Eslovenia. Derrotó en la final de consolación a Croacia con holgura y la lástima es que no pudiera jugar la gran final para haber cosechado el tercer título continental consecutivo.
La campeona fue Francia, un equipo al que habíamos derrotado en las últimas citas, incluido en los dos partidos de preparación para este campeonato. La mala gestión del último cuarto y, sobre todo, de la prórroga condenó a la España de Juan Antonio Orenga. Con un Parker estelar en todo el campeonato, Francia consigue su primer oro. Y lo hace con toda justicia, después de vapulear a Lituania en la final. En Lituania, salvo Kleiza, todos estuvieron por debajo de su rendimiento habitual y eso se paga carísimo en las finales. Francia, por contra, gestionó mejor el juego y sumó a la actuación de Parker, la de otros jugadores como Batum para encumbrarse al escalón más alto del torneo continental.
Para España era un campeonato de transición en el que nos faltó el equipo titular de los Juegos Olímpicos: Pau Gasol, Ibaka, Navarro y Felipe Reyes a la que se suma la baja voluntaria de Mirotic, el ala-pivot de mayor proyección en Europa. Demasiadas bajas para pretender ganar de calle, aunque el papel de sus sustitutos fue dignísimo.
La próxima cita, el Mundobasket de España 2014 será otra cosa. Jugaremos en casa y habrá codazos para entrar en la convocatoria. Se supone que será la última gran cita baloncestística de esta generación de jugadores que nos ha dado, entre otras cosas, un Mundial, dos subcampeonatos olímpicos y dos títulos europeos. Casi nada.
Especialmente destacable me pareció la actuación de Marc Gasol, el mejor defensor de la NBA y uno de los mejores cinco del mundo. Hay que agradecer que viniera a la selección en esta convocatoria y lo hiciera con tanta profesionalidad. Sergio Rodríguez y a ratos Calderón y Rudy Fernández completan lo mejor de nuestra selección. Por contra se notó demasiado la profundidad del banquillo en el poste alto y la intermitencia de Sergio Llul o San Emeterio, dos hombres, a priori, destinados a suplir la baja de Navarro.
El nuevo seleccionador, Juan Antonio Orenga, por su parte, ha salvado los muebles con serenidad y templanza. Ha tenido que gestionar una selección diezmada y, a pesar de ello, España ha sido la mejor defensa del campeonato, lo que da un indicio del trabajo táctico del seleccionador. Merece una segunda oportunidad en el Mundobasket de España. Tiene un año para planificar la revancha contra la NBA. Esperemos que vengan las mejores estrellas norteamericanas Lebron James y Kobe Brayant incluidos para recordarles que en la vieja Europa hay una selección que está a su altura o por encima de ellos. Y eso son palabras mayores.
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