En el mundo del deporte siempre hay cuentas pendientes y nuevas oportunidades para resarcirte de un rival que te dejó en la cuneta. España, en la última década, ha barrido en todos los campeonatos que se ha presentado y tan sólo ha sido frenada por EEUU. En ese glorioso camino quizás el más damnificado había sido Francia a la que había quitado, entre otras cosas, finales olímpicas y el último título del Eurobasket.
Nos tenían muchas ganas y hoy han saldado la cuenta pendiente. Nos han dejado fuera de una final que todos veníamos al alcance de la mano en el descanso. Dilapidamos una ventaja de 14 puntos y eso en la alta competición se paga.
A decir verdad, en este partido, España se ha retratado. Marc Gasol muy bien, Sergio Rodríguez bien, Rudy a rachas y el resto por debajo de sus prestaciones habituales. Es un pobre argumento para pretender ganar el tercer Eurobasket consecutivo, sobre todo cuando delante tienes a uno de los tres mejores bases de la NBA: Tony Parker.
Estaba claro que Parker no quería cerrar una temporada más sin levantar un título y tiene todas las papeletas para conseguirlo. Aportó 30 puntos, asistencias, buena dirección de juego. España probó todo para frenarle pero ni Sergio Llul tuvo éxito en el intento.
Es muy fácil hablar a toro pasado pero las bajas de Pau, Navarro, Ibaka y Felipe Reyes se han notado demasiado, sobre todo en los minutos de la verdad donde las muñecas se agarrotan. Con apenas dos canastas en la prórroga, España se puso la soga al cuello sin ayuda de nadie. El resultado es la lucha por las medallas ante una Croacia a la que ridiculizamos la primera jornada y nos tiene más ganas aún que Francia.
El nuevo seleccionador, Juan Antonio Orenga ha hecho un trabajo digno y puede salvar la cara si gana el bronce. Sería el aval para su continuidad en el Mundial de baloncesto que organizará España el próximo verano. Como las oscuras golondrinas volverán nuestras estrellas ÑBA y todo será diferente. Sería de traca ganar un mundial en casa frente a la todopoderosa EEUU. Por soñar que no quede. De momento esperemos disfrutar de un bronce. Para la final queda el enfrentamiento entre Lituania y Francia, dos outsiders cuando está España en forma. Al menos hemos vibrado con momentos importantes de la selección y con el juego de uno de los mejores pívot del mundo: Marc Gasol, un jugador sencillamente perfecto.
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