Por inesperado que parezca, la pareja formada por David Marrero y Fernando Verdasco se proclamaron campeones del Torneo de Maestros celebrado en Londres. Lo hicieron por todo lo alto, derrotando en la final a la mejor pareja de la historia, los estadounidenses hermanos Bryan.
Es un título que pone la guinda a la temporada del teneos español en la que, de nuevo, Rafa Nadal acabó como número uno mundial, a pesar de haber perdido la final individual ante el todopoderoso Djokovic. Nadal perdió con toda dignidad, reconociendo la superioridad del serbio en el partido, lo que habla muy bien del señorío y de la elegancia del tenista mallorquín.
Lo importante de esta victoria en el título de dobles es que garantiza una buena pareja para jugar el partido de dobles en las futuras eliminatorias de la Copa Davis. Es, sin lugar a dudas, una buena noticia para nuestro tenis que esperemos que pueda aprovechar el nuevo capitán de la Copa Davis, el mallorquín Carlos Moyá.
Es evidente que nuestro tenis goza de muy buena salud, toda vez que David Ferrer ha acabado la temporada como número 3 del mundo, por delante de Federer, Murray o Del Potro, un dato que prestigia aún más este puesto.
Emocionó bastante ver a Marrero recordar la figura de su abuelo en la entrega de trofeos. Habla de una persona agradecida y honesta en una profesión donde la humanidad de Nadal es una rara virtud dentro de los primeros puestos de la lista ATP. Me alegra saber que el tenis español goza de buena salud a pesar de agoreros de otros países que ven, con demasiada envidia, cómo protagonizamos un relevo natural mientras sus tenistas no son capaces de sumar un gran título individual.
Lo cierto y verdad es que tenemos unos campeones en el cénit de su carrera deportiva y que nos darán, a buen seguro, nuevas alegrías dentro de muy poco. Quizás en el Open de Australia, el torneo más descafeinado de los cuatro grandes, Nadal tenga menos opciones frente a Djokovic, su verdadero dominador con 4 títulos. Esperemos que la próxima temporada sea, al menos, como ésta que acaba de concluir. Será el mejor indicio del buen estado de salud de nuestro tenis.
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