Hace quince días saltó una noticia en todos los periódicos que nos dejó sorprendidos: Leo Messi, el mejor jugador del mundo, era imputado por Hacienda por evasión fiscal. Ayer supimos que el jugador blaugrana había pagado 10 millones de euros y estaba en vía de negociar con Hacienda un acuerdo para pagar el resto de las cantidades presuntamente defraudadas.
En esta materia mi opinión es muy clara: todo el mundo debe cumplir con Hacienda, independientemente de quien sea el personaje, si es famoso o anónimo, si es rico o pobre. Que pague muchos impuestos no es razón suficiente para tratar de evadirlos con ingeniería tributaria. También los ciudadanos corrientes pagamos nuestros impuestos, a razón de nuestros ingresos. La progresividad fiscal hace que los que más tienen paguen más impuestos. Normal y lógico en un sociedad que pretende ser más solidaria y armónica.
Está claro que quien más gana más paga, aquí y en todos los lugares del mundo.Es una razón que nadie discute salvo unos cuantos que consideran que el mundo debería estar diseñado para cuatro pudientes y para el resto que disfrutemos de sus migajas.
A Messi y a otros tantos famosos hay que recordarles una cosa: si ganan tanto es porque hay muchos ciudadanos humildes que ahorran para ver un partido de fútbol en directo o en pago por visión, que somos consumidores de las marcas que anuncian y que existen porque también nosotros existimos.
La fama es un valor añadido que se retroalimenta con personas normales que siguen en masa a deportistas, cantantes, actores y demás profesiones glamurosas. Sin público, sin televidentes, sin aficionados no habría dinero por taquilla, ni por ingresos publicitarios.
Bien es verdad que merecen lo que ganan, que lo consiguen con sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas, que está muy bien su reconocimiento social en forma se aplausos, premios, contratos suculentos, pero no deben olvidar nunca que existen porque nosotros también existimos.
Un Estado, un país, es la suma resultante de todos y cada uno de sus ciudadanos, no sólo de aquellos que piensan que para el Sol nació cada mañana para ellos. Y eso sí, para mí Messi es el mejor jugador del mundo y espero que no se vaya nunca del Barça ni de España, pero que pase por caja, como todo hijo de vecino.
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