martes, 23 de abril de 2013

Pesadilla en Münich



Cuesta muchísimo creer lo que se vio anoche en Münich. Un equipo que presionaba, corría, tenía hambre, una táctica perfectamente diseñada ante otro que pasaba andando por el césped, sin rumbo, sin mordiente ofensivo y sin argumentos para defenderse de los balones aéreos.
Lo más grave de ello es que el tiempo se detuvo, pasaba lentamente, desesperadamente, sobre todo mirando a un banquillo que hizo el primer cambio en el minuto 80. El "superjugadorazo", como él mismo se define, Alexis Sánchez, titular y Villa y Cesc Fábregas que entre los dos suman 160 partidos internacionales y casi 60 goles con la selección española mirando como todo sucedía ante sus narices.
El Barça no tuvo plan. Los alemanes se sabía que presionarían todas las líneas de creación y colgarían balones aéreos al corazón del área azulgrana, pero no hubo una táctica de neutralización. Físicamente es un equipo roto: Messi jugó andando porque realmente está lesionado, Busquets está desconocido por no hablar del papel de los centrales. El partido más importante de la temporada lo jugó de titular Marc Bartra, un jugador correcto y digno pero que aún no está para mandar en el centro de la defensa del F.C Barcelona.
Desgraciadamente se evidenció que la eliminación de la Copa por parte del Real Madrid fue un indicio serio de lo que acabó sucediendo anoche. La planificación de la temporada ha sido muy clara: un primer tercio fulgurante con el objetivo de asegurarse la primera Liga post-Guardiola. Después, a partir de enero, el equipo, sobre todo fuera de casa, especula, salva los partidos con oficio. Eso vale para andar por casa, pero en Europa, no.
Tito Vilanova tendrá que explicar en algún momento porque no se ha hecho una gestión correcta de los minutos de los grandes jugadores de la plantilla. Messi acabará con 50 goles, pero en el tramo importante de la temporada está sin gasolina, lesionado. Ahora nos damos cuenta de los esfuerzos gratuitos en partidos de Copa contra el Córdoba y demás lindezas. Pujol, le sucede lo mismo. Una temporada en la que se ha hehco una artroscopia cuando el equipo más le necesitaba. Así un largo etcétera. Se constata que la temporada ha estado mal planificada, a lo que se une la ausencia del entrenador durante casi dos meses, justo en el tiempo donde se perfila el final de temporada.
Ahora, desgraciadamente, la temporada ha teminado y urge planificar la siguiente. Un central titular, un delantero centro que ayude a Messi, y algún centrocampista que pueda sustituir con garantías a Xavi o Busquets en partidos de alto nivel. Ah, por cierto, y romperse la cabeza para buscar encaje a Cesc en el equipo titular. Se hace imprescindible contar con él. Sonroja y humilla mucho que Alexis juegue por delante de un campeón del mundo y de Europa. Así es la vida.
Dice un aforismo que "no hay peor cosa que recordar los buenos tiempos en la miseria". Yo añado, que al menos tuvimos buenos tiempos. Ahora nos queda la esperanza y nuevas ilusiones quizá de la mano de Neymar. La vida pasa sin esperar un punto. Espero, sinceramente, que el próximo año sea mejor. Anoche los culés retrocedimos 18 años en el tiempo, desde aquella noche donde el Milán nos ganó 4-0 en la final de la Copa de Europa de Atenas.....Cómo pasa el tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario