Por fin Ferrari y Fernando Alonso tuvieron un fin de semana redondo. Le faltó marca la pole position el sábado, pero ese es un aspecto menor si después se tiene un buen ritmo de carrera, un aspecto en el que Ferrari ha mejorado sustancialmente con respecto a la temporada anterior.
A medida que avanza la temporada el coche está ofreciendo unas prestaciones desconocidas en muchos aspectos: velocidad punta, paso por curva, aerodinámica, fiabilidad y sobre todo una degradación de neumáticos baja en relación a sus más directos competidores, cuestión clave en un año en el que Pirelli ha cambiado los conmpuestos de goma para hacer más competitiva la competición.
Para un ferrarista de toda la vida es un auténtico placer que un español gane carreras con la marca del "cavallino rampante" y que tenga grandes posibilidades de convertirse por tercera vez campeón del mundo de Fórmula 1, lo que le colocaría en un selecto club, donde merece pertenecer por derecho propio.
De momento, Alonso consiguió su 31 victoria y tan sólo le superan en este apartado Ayton Senna, Alain Prost y Michael Schumacher, tres auténticas leyendas del automovilismo. Poco a poco, ha ido labrando una carrera deportiva de primer nivel. A todos nosotros nos queda disfrutarlo, y bien que lo hacemos, sobre todo aquellos que nos aficionamos a la Fórmula 1 en los años ochenta, fechas donde nos conformábamos con ver a Luis Pérez Sala entre los 15 primeros puestos de un gran premio.
La vida ha cambiado en muchos aspectos y para los que amamos la Fórmula 1 es un auténtico honor compartir la misma nacionalidad del mejor piloto de la parrilla. Esperemos que nos dure este sueño mucho tiempo más.
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