Nunca son buenas noticias cuando dimite el presidente del club de tus amores en circunstancias extrañas. Pasó de pedir el lunes al juez Ruz que admitiera la querella a trámite a dimitir de manera irrevocable tres días después, sin dar explicaciones al socio y a los aficionados.
Siempre me pareció peculiar la pareja Laporta-Rosell, forjada desde la infancia. Ambos planificaron desde la oposición a Núñez y Joan Gaspart el acceso a la presidencia del FC.Barcelona. Una vez llegaron al poder, comenzaron los enfrentamientos hasta convertirse en enemigos irreconciliables. Deportivamente fue una presidencia excelente. Fue la época de Rijkaard y posteriormente de Guardiola, en la que se ganaron dos Copas de Europa, un Mundialito de clubes y unas cuantas Ligas y Copas del Rey. En este período, la afición culé tuvo el privilegio de disfrutar de Ronaldinho, Deco, Ibrahimovic, Etoó y la explosión de canteranos culés como Busquets, Iniesta o Piqué.
Después Laporta se fue y le sucedió Rosell, después de haber sido su más férrea oposición, desde el momento que dimitió como vicepresidente de la Junta presidida por Laporta en 2006. Consiguió el 60% de los sufragios e inicio otra etapa deportiva brillante, en la que consiguió otra Copa de Europa, otro Mundialito de clubes y la Liga de los 100 puntos.
La gestión deportiva fue interesante pero su gestión económica y política dejaron mucho que desear. El club se identificó más que nunca con los valores del nacionalismo catalán, se apartó a Cruyff de la presidencia de honor y la gota final de su oscuro mandato ha sido el "caso Neymar", donde se sospecha que el club pagó casi 40 millones de euros más por la estrella brasileña.
Es un asunto muy sucio, en el que se observan los manejos contables de entidades deportivas que no son sociedades anónimas deportivas, circunstancia que ha alertado a la propia Unión Europea, que está dispuesta a meter mano a las cuentas de los principales clubes españolas.
Su dimisión deja a un club en situación de inestabilidad política y deportiva en algunas secciones deportivas y deja dañada la imagen institucional de la entidad. Quizás no merecía este final pero la primera lección que te deja el deporte es que la memoria es muy frágil. Los héroes se convierten en villanos de un fin de semana a otro. Con su salida deja muchos interrogantes en el aire. Esperemos, por el bien del Barça, que todo se aclare y disfrutemos del buen deporte en todas las secciones del Barça. Rosell ya es historia pero la institución sigue. Ojalá tengamos un buen final de temporada y podamos ver ganar la quinta Copa de Europa culé. Por soñar que no quede...
Me ha falt otro artículo tuyo acerca de Mesi y hacienda.... Un abrazo, eres un crak.
ResponderEliminarYa me pongo a ello un día. Haré un especial de hacienda para Messi y Neymar, no te preocupes
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