Si había un jugador emblemático en la historia de Portugal ese era, sin lugar a dudas, Eusebio, la "pantera negra" del fútbol mundial. Elegido por la IFFHS como el noveno mejor jugador del siglo XX, ganador de un Balón de Oro en 1965 y la Bota de Oro en 1966 y 1973, además de ser el líder de la selección portuguesa del mundial de 1966, donde los lusos quedaron en tercera posición, Eusebio da Silva Ferreira era, sobre todo, el icono del futbol portugués, por encima de Figo y Cristiano Ronaldo, los otros dos grandes jugadores portugueses, también ganadores de la Copa de Europa y del Balón de Oro.
A diferencia de estos dos últimos, Eusebio sí cosechó grandes éxitos para la selección portuguesa y, también a diferencia de Cristiano y Figo, toda su carrera, salvo el final que se marchó a México y EEUU, se desarrolló en Portugal, en el grandioso Benfica de los años sesenta. Es el club portugués más importante y Eusebio era su bandera.
Coetáneo de Pelé y Alfredo di Stéfano, protagonizó, junto a ellos, la dorada época de los años sesenta. Era un fútbol directo, menos físico y menos táctico, pero mucho más dinámico. Los partidos eran eléctricos y entretenidos, muy alejados de estos partidos tácticos, que se juegan en un pizarra o se deciden en un penalti injusto.
Era un fútbol romántico, donde los grandes jugadores sentían los colores de su camiseta y hacían toda su carrera deportiva defendiendo la misma elástica: Kubala la del Barça, Di Stefano la madridista, Pelé la del Santos y Eusebio, la del Benfica.
Con su muerte, este fin de semana, se ha ido una forma de entender el fútbol y se ha ido el verdadero icono del deporte en Portugal. Eusebio era su mejor embajador, querido y respetado por todos. Jugadores como Eusebio faltan en el mundo actual. Portugal, el Benfica se quedan huérfanos de su mejor deportista y todos los que amamos el fútbol tristes por despedir a un hombre que dignificó con su actitud el deporte rey.
No hay comentarios:
Publicar un comentario