martes, 28 de enero de 2014

El balonmano español cumple sus expectativas.

Un bronce de campeones
Me gusta el balonmano, quizás mi deporte colectivo favorito. Siento verdadera pasión por un deporte que practiqué hace casi 20 años y siento fascinación por ver, en televisión o en directo, la práctica deportiva de un deporte que combina técnica con estrategia colectiva. Recuerdo montón de momentos históricos del balonmano mundial: la final europea del Atlético de Madrid contra la Metanoplástika, las 8 copas de Europa del Barça, en especial la primera con Vujovic como estrella azulgrana, las finales olímpicas de la antigua URSS o los dos títulos mundiales de España. 
Son recuerdos que forman parte de tu lado más íntimo porque los viviste con especial emoción. El balonmano me transmite muchas cosas y cuando esos momentos los protagoniza el Barça o la Selección española la alegría es más intensa. Por eso he disfrutado como un enano del Europeo celebrado en Dinamarca. España cumplió con un bronce, ganado a pulso ante Croacia.
No es un mal saldo de la actual campeona del Mundo, toda vez que estrenábamos seleccionador. Manolo Cadenas ha cumplido en su primera gran cita con la Selección española. Mantuvo el bloque del Mundial de España a excepción de Sterbik, lesionado, Alberto Entrerríos, retirado y Aitor Ariño que fue sustituido por Cristian Ugalde. A cambio volvió a la Selección Raúl Entrerríos, el citado Ugalde y nuestra promesa en la portería, Gonzalo Pérez de Vargas.
Destacable fue la labor de Joan Cañellas, un jugador de raza que se gana la vida en el Hamburgo y Julen Aguinagalde, incorporado en la fase final del campeonato con un rendimiento impresionante. Nos faltó suerte con Francia, apenas detalles para haber eliminado a una de las mejores selecciones de la historia con el azulgrana Karabatic como eterno capitán. Estuvimos a un paso de la gran final ante una Dinamarca decepcionante. Jugaban en casa pero no les sirvió para anotarse la medalla de oro, a pesar del gran rendimiento de Mikel Hansen, quizás el mejor jugador del mundo con el permiso de Karabatic.
Ahora cuando se ha cerrado el telón es momento de pensar en el futuro de un deporte que está muriendo por momentos. La Asobal ya no es la mejor liga del mundo. Es una liga donde hay un equipo, el Barça que gana sin despeinarse todos los partidos, y punto final. Desaparecido el Atlético de Madrid, la liga Asobal ha quedado a merced de la dictadura del Barça, bajo mi punto de vista, el mejor equipo del mundo en la actualidad.
Esta misma mañana, se ha hecho público que se cambiarán las normas de nuestra Liga para potenciar la participación de jugadores españoles. Para ello se limitarán a cuatro los extranjeros por plantilla, una muy buena noticia para el futuro de nuestra Selección. No puede ser que Cañellas, Rocas, Aguinagalde, Sierra, Valero Ribera, Gedeón Guardiola, Antonio García o Jorge Maqueda hayan tenido que hacer las maletas para ganarse la vida fuera de nuestro país.
Necesitamos de buenos jugadores para el futuro y la manera de conseguirlos es tener una Asobal competitiva. Fuera de todo ello, me quedo de nuevo con la selección de Francia, una auténtica sinfonía de hacer balonmano con Karabatic, Omeyer, Narcisse, Givou, Abalo, Fernández o Sorhaindo de figuras estelares. Esperemos que España, muy pronto, en los Juegos Olímpicos de Rio pueda conquistar el oro olímpico. Ganas no faltarán en un colectivo de jugadores que merecen nuestro más sincero reconocimiento.

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