Este fin de semana comienza, bajo mi punto de vista, una de las citas más emotivas del deporte mundial. Soy un absoluto fanático del rugby, un deporte de villanos jugado por caballeros, según un antiguo proverbio inglés. El ambiente es, sencillamente, espectacular. Estadios llenos, con ganas de disfrutar de partidos que se abren con la interpretación de los himnos nacionales. Todo pertenece a un ritual de viejas y grandes esencias donde el deporte cobra su verdadero significado: la superación, la competencia sana, representar a un país al que sientes muy dentro. Luchar en un campo de juego para reivindicar un sentimiento nacional unívoco, sin ambigüedades. Ese es el VI Naciones y esa es la verdadera envidia que sentimos españoles cuando suena nuestro himno, sin letra, sin la intensión emotiva que se escucha en el VI Naciones. Una juego, un sentimiento, un país que alienta a sus deportistas porque les representan de una manera dignísima. Por eso siento verdadera admiración del VI Naciones, al margen de sentirte más o menos patriota.
Me encanta este deporte y siento muchísimo que España nunca haya tenido el suficiente nivel competitivo para pelarse con las grandes potencias del rugby mundial. Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y los integrantes del VI de Naciones tienen un nivel superior a España pero eso no quita que en la piel de toro haya gente que vibre, que se emocione con cada partido del VI Naciones. Ver su protocolo, sus himnos, la tensión competitiva me dice mucho porque siempre este torneo me dejó huella.
Al final del cuento somos una síntesis de lo que hemos vivido previamente. Amo al deporte porque he amado mucho deportes como el rugby, he pasado grandes ratos y otros tantos que me quedan por ver porque sueño algún día con ver un Escocia-Inglaterra en Murrayfield. Es una suerte poder disfrutar un año más de una competición deportiva que lleva celebrándose desde 1883 en distintos formatos.
Haciendo un poco de historia, el primer partido entre dos países de rugby se dio
entre Inglaterra y Escocia en 1870. Técnicamente no fue Escocia, sino un
combinado del resto de países que integran las islas británicas. A partir de
ese momento, los equipos de las islas se pusieron de acuerdo para disputarse
por lo menos un partido de rugby al año en lo que se conocen como Copas.
Dentro del propio torneo se disputan varias competiciones parciales:
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Calcuta Cup. Se le denomina así al
enfrentamiento entre Inglaterra y Escocia. Fue el primer enfrentamiento
internacional que se dio entre países del Hemisferio Norte, en 1870 y fue la
antesala al VI Naciones.
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Centenary Quaich. Se trata del enfrentamiento
particular entre Escocia e Irlanda. Se empezó a denominar así en 1989,
coincidiendo con el centenario del primer partido que disputaron ambos países.
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Millenium Trophy. Se trata del
enfrentamiento entre Inglaterra e Irlanda. Se le denomina así desde 1988 y
homenajea el milenio de la fundación de Dublín.
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Copa Garibaldi. Se le denomina con
este nombre al enfrentamiento entre Francia e Italia desde el año 2000, coincidiendo con el segundo centenario del nacimiento
de Garibaldi.
Al final del torneo se pueden conseguir tres premios:
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Triple Corona. Se conoce al ganador
de la Triple Corona como el equipo que ha ganado al resto de las Home Unions
(IV Naciones). En la época del IV Naciones, al ser exclusivamente británico, no
tenía sentido hablar de Grand Slam.
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Grand Slam. El ganador del Grand
Slam es aquel equipo que gana todos los partidos. En los años del IV Naciones
el ganador de la Triple Corona era el mismo que el del Grand Slam, pero tras la
inclusión de Francia y luego Italia, la Triple Corona se quedaba corta, y era
preciso introducir otro término.
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Cuchara de Madera. Se le designa
como el ganador de la Cuchara de Madera al último clasificado del torneo,
independientemente de si ha ganado algún partido o no. Este término proviene
del rugby en sus orígenes, ya que cuando se enfrentaban las universidades
británicas, los últimos se llevaban la cuchara literalmente. En caso de que el
equipo haya perdido todos los partidos, se dice que ha sido “outwashed”, así
que se confirma la Cuchara de Madera de Francia en 2013.
Ya saben todos los amantes del rugby. Comienza este fin de semana y la cita es inexcusable.
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