viernes, 31 de enero de 2014

La dignidad de los jugadores del Racing de Santander


Anoche, en el Sardinero vivimos uno de los momentos más dignos del futbol español en años. Un colectivo de futbolistas que se ganan la vida como mejor saben y pueden, de una manera digna, dando lo mejor de ellos mismos, se plantó en el partido de cuartos de final de Copa del Rey que les hubiera enfrentado a la Real Sociedad.
Fue un acto que tenía que ver con la dignidad personal de trabajadores del balón que piden una cosa tan justa como sencilla: que les paguen el salario con los que mantienen a su familia. No estamos hablando de contratos millonarios, sino de mileuristas, víctimas de una crisis económica brutal que nos ha dejado como herencia la agresión constante a las condiciones laborales de todos los asalariados.
El conflicto del Racing sintetiza el peor rostro de la crisis económicas: trabajadores que siguen dando el callo, con menor sueldo y peores condiciones laborales mientras los gestores ni son censurados, ni dimiten, ni asumen la responsabilidad de su mala gestión económica. Es el caso del Racing, un club histórico de Primera División que corre serio riesgo de desaparecer o pasar al más absoluto ostracismo como sucedió con el Oviedo, Salamanca y tantos otros equipos que pertenecen a la memoria colectiva de nuestro fútbol.
No hay nadie en España que pueda dar la razón a la directiva del Racing y sí todos a sus jugadores que, sin cobrar, con viajes imposibles eliminaron a dos equipo de Primera División y tenía posibilidades de haber eliminado a un equipo Champions. En semifinales le esperaba el Barça y quizás la solución económica a los problemas del club pero los jugadores apostaron por su dignidad personal y como jugadores de fútbol.
Su lucha, su reivindicación hoy es motivo de comentario en toda la prensa mundial para vergüenza de una directiva a la que no le queda otra que dimitir y hacer las maletas. Anoche todos fuimos un jugador del Racing más porque en su lucha estaba la de todos los trabajadores que, a cambio de nuestro trabajo, pedimos nuestro salario, algo perfectamente asumido desde tiempos pretéritos salvo en la mente obtusa e impresentable del presidente del Racing de Santander y sus atláteres.
 

La leyenda del VI Naciones de Rugby


Este fin de semana comienza, bajo mi punto de vista, una de las citas más emotivas del deporte mundial. Soy un absoluto fanático del rugby, un deporte de villanos jugado por caballeros, según un antiguo proverbio inglés. El ambiente es, sencillamente, espectacular. Estadios llenos, con ganas de disfrutar de partidos que se abren con la interpretación de los himnos nacionales. Todo pertenece a un ritual de viejas y grandes esencias donde el deporte cobra su verdadero significado: la superación, la competencia sana, representar a un país al que sientes muy dentro. Luchar en un campo de juego para reivindicar un sentimiento nacional unívoco, sin ambigüedades. Ese es el VI Naciones y esa es la verdadera envidia que sentimos españoles cuando suena nuestro himno, sin letra, sin la intensión emotiva que se escucha en el VI Naciones. Una juego, un sentimiento, un país que alienta a sus deportistas porque les representan de una manera dignísima. Por eso siento verdadera admiración del VI Naciones, al margen de sentirte más o menos patriota.
Me encanta este deporte y siento muchísimo que España nunca haya tenido el suficiente nivel competitivo para pelarse con las grandes potencias del rugby mundial. Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y los integrantes del VI de Naciones tienen un nivel superior a España pero eso no quita que en la piel de toro haya gente que vibre, que se emocione con cada partido del VI Naciones. Ver su protocolo, sus himnos, la tensión competitiva me dice mucho porque siempre este torneo me dejó huella.
Al final del cuento somos una síntesis de lo que hemos vivido previamente. Amo al deporte porque he amado mucho deportes como el rugby, he pasado grandes ratos y otros tantos que me quedan por ver porque sueño algún día con ver un Escocia-Inglaterra en Murrayfield. Es una suerte poder disfrutar un año más de una competición deportiva que lleva celebrándose desde 1883 en distintos formatos.
 Haciendo un poco de historia, el primer partido entre dos países de rugby se dio entre Inglaterra y Escocia en 1870. Técnicamente no fue Escocia, sino un combinado del resto de países que integran las islas británicas. A partir de ese momento, los equipos de las islas se pusieron de acuerdo para disputarse por lo menos un partido de rugby al año en lo que se conocen como Copas. Dentro del propio torneo se disputan varias competiciones parciales:
- Calcuta Cup. Se le denomina así al enfrentamiento entre Inglaterra y Escocia. Fue el primer enfrentamiento internacional que se dio entre países del Hemisferio Norte, en 1870 y fue la antesala al VI Naciones. 
- Centenary Quaich. Se trata del enfrentamiento particular entre Escocia e Irlanda. Se empezó a denominar así en 1989, coincidiendo con el centenario del primer partido que disputaron ambos países.
- Millenium Trophy. Se trata del enfrentamiento entre Inglaterra e Irlanda. Se le denomina así desde 1988 y homenajea el milenio de la fundación de Dublín.
- Copa Garibaldi. Se le denomina con este nombre al enfrentamiento entre Francia e Italia desde el año 2000, coincidiendo con el segundo centenario del nacimiento de Garibaldi.
Al final del torneo se pueden conseguir tres premios:
- Triple Corona. Se conoce al ganador de la Triple Corona como el equipo que ha ganado al resto de las Home Unions (IV Naciones). En la época del IV Naciones, al ser exclusivamente británico, no tenía sentido hablar de Grand Slam.
- Grand Slam. El ganador del Grand Slam es aquel equipo que gana todos los partidos. En los años del IV Naciones el ganador de la Triple Corona era el mismo que el del Grand Slam, pero tras la inclusión de Francia y luego Italia, la Triple Corona se quedaba corta, y era preciso introducir otro término.
- Cuchara de Madera. Se le designa como el ganador de la Cuchara de Madera al último clasificado del torneo, independientemente de si ha ganado algún partido o no. Este término proviene del rugby en sus orígenes, ya que cuando se enfrentaban las universidades británicas, los últimos se llevaban la cuchara literalmente. En caso de que el equipo haya perdido todos los partidos, se dice que ha sido “outwashed”, así que se confirma la Cuchara de Madera de Francia en 2013.
Ya saben todos los amantes del rugby. Comienza este fin de semana y la cita es inexcusable.
 
 

martes, 28 de enero de 2014

El balonmano español cumple sus expectativas.

Un bronce de campeones
Me gusta el balonmano, quizás mi deporte colectivo favorito. Siento verdadera pasión por un deporte que practiqué hace casi 20 años y siento fascinación por ver, en televisión o en directo, la práctica deportiva de un deporte que combina técnica con estrategia colectiva. Recuerdo montón de momentos históricos del balonmano mundial: la final europea del Atlético de Madrid contra la Metanoplástika, las 8 copas de Europa del Barça, en especial la primera con Vujovic como estrella azulgrana, las finales olímpicas de la antigua URSS o los dos títulos mundiales de España. 
Son recuerdos que forman parte de tu lado más íntimo porque los viviste con especial emoción. El balonmano me transmite muchas cosas y cuando esos momentos los protagoniza el Barça o la Selección española la alegría es más intensa. Por eso he disfrutado como un enano del Europeo celebrado en Dinamarca. España cumplió con un bronce, ganado a pulso ante Croacia.
No es un mal saldo de la actual campeona del Mundo, toda vez que estrenábamos seleccionador. Manolo Cadenas ha cumplido en su primera gran cita con la Selección española. Mantuvo el bloque del Mundial de España a excepción de Sterbik, lesionado, Alberto Entrerríos, retirado y Aitor Ariño que fue sustituido por Cristian Ugalde. A cambio volvió a la Selección Raúl Entrerríos, el citado Ugalde y nuestra promesa en la portería, Gonzalo Pérez de Vargas.
Destacable fue la labor de Joan Cañellas, un jugador de raza que se gana la vida en el Hamburgo y Julen Aguinagalde, incorporado en la fase final del campeonato con un rendimiento impresionante. Nos faltó suerte con Francia, apenas detalles para haber eliminado a una de las mejores selecciones de la historia con el azulgrana Karabatic como eterno capitán. Estuvimos a un paso de la gran final ante una Dinamarca decepcionante. Jugaban en casa pero no les sirvió para anotarse la medalla de oro, a pesar del gran rendimiento de Mikel Hansen, quizás el mejor jugador del mundo con el permiso de Karabatic.
Ahora cuando se ha cerrado el telón es momento de pensar en el futuro de un deporte que está muriendo por momentos. La Asobal ya no es la mejor liga del mundo. Es una liga donde hay un equipo, el Barça que gana sin despeinarse todos los partidos, y punto final. Desaparecido el Atlético de Madrid, la liga Asobal ha quedado a merced de la dictadura del Barça, bajo mi punto de vista, el mejor equipo del mundo en la actualidad.
Esta misma mañana, se ha hecho público que se cambiarán las normas de nuestra Liga para potenciar la participación de jugadores españoles. Para ello se limitarán a cuatro los extranjeros por plantilla, una muy buena noticia para el futuro de nuestra Selección. No puede ser que Cañellas, Rocas, Aguinagalde, Sierra, Valero Ribera, Gedeón Guardiola, Antonio García o Jorge Maqueda hayan tenido que hacer las maletas para ganarse la vida fuera de nuestro país.
Necesitamos de buenos jugadores para el futuro y la manera de conseguirlos es tener una Asobal competitiva. Fuera de todo ello, me quedo de nuevo con la selección de Francia, una auténtica sinfonía de hacer balonmano con Karabatic, Omeyer, Narcisse, Givou, Abalo, Fernández o Sorhaindo de figuras estelares. Esperemos que España, muy pronto, en los Juegos Olímpicos de Rio pueda conquistar el oro olímpico. Ganas no faltarán en un colectivo de jugadores que merecen nuestro más sincero reconocimiento.

jueves, 23 de enero de 2014

Sandro Rosell

<span class=l1>Sandro Rosell presenta su dimisión acorralado por el caso del fichaje de Neymar</span>
Nunca son buenas noticias cuando dimite el presidente del club de tus amores en circunstancias extrañas. Pasó de pedir el lunes al juez Ruz que admitiera la querella a trámite a dimitir de manera irrevocable tres días después, sin dar explicaciones al socio y a los aficionados.
Siempre me pareció peculiar la pareja Laporta-Rosell, forjada desde la infancia. Ambos planificaron desde la oposición a Núñez y Joan Gaspart el acceso a la presidencia del FC.Barcelona. Una vez llegaron al poder, comenzaron los enfrentamientos hasta convertirse en enemigos irreconciliables. Deportivamente fue una presidencia excelente. Fue la época de Rijkaard y posteriormente de Guardiola, en la que se ganaron dos Copas de Europa, un Mundialito de clubes y unas cuantas Ligas y Copas del Rey. En este período, la afición culé tuvo el privilegio de disfrutar de Ronaldinho, Deco, Ibrahimovic, Etoó y la explosión de canteranos culés como Busquets, Iniesta o Piqué.
Después Laporta se fue y le sucedió Rosell, después de haber sido su más férrea oposición, desde el momento que dimitió como vicepresidente de la Junta presidida por Laporta en 2006. Consiguió el 60% de los sufragios e inicio otra etapa deportiva brillante, en la que consiguió otra Copa de Europa, otro Mundialito de clubes y la Liga de los 100 puntos.
La gestión deportiva fue interesante pero su gestión económica y política dejaron mucho que desear. El club se identificó más que nunca con los valores del nacionalismo catalán, se apartó a Cruyff de la presidencia de honor y la gota final de su oscuro mandato ha sido el "caso Neymar", donde se sospecha que el club pagó casi 40 millones de euros más por la estrella brasileña.
Es un asunto muy sucio, en el que se observan los manejos contables de entidades deportivas que no son sociedades anónimas deportivas, circunstancia que ha alertado a la propia Unión Europea, que está dispuesta a meter mano a las cuentas de los principales clubes españolas.
Su dimisión deja a un club en situación de inestabilidad política y deportiva en algunas secciones deportivas y deja dañada la imagen institucional de la entidad. Quizás no merecía este final pero la primera lección que te deja el deporte es que la memoria es muy frágil. Los héroes se convierten en villanos de un fin de semana a otro. Con su salida deja muchos interrogantes en el aire. Esperemos, por el bien del Barça, que todo se aclare y disfrutemos del buen deporte en todas las secciones del Barça. Rosell ya es historia pero la institución sigue. Ojalá tengamos un buen final de temporada y podamos ver ganar la quinta Copa de Europa culé. Por soñar que no quede... 
 

domingo, 19 de enero de 2014

Javier Fernández, el mejor patinador español de la historia

Javier Fernandez at the 2010 World Championships (1).jpg
Madrileño de nacimiento, abulense de adopción y residente en Toronto (Canadá), Javier Fernández, a sus 22 años se ha convertido, por derecho propio, en el mejor patinador español de la historia. Este fin de semana, en Budapest, conseguía su segunda medalla de oro consecutiva en el Campeonato de Europa de patinaje artístico. Es un excelente presagio para los Juegos Olímpicos de Sochi (Rusia) que comienzan en un par de semanas, una cita para la que Javier se ha preparado a conciencia y en la que optará a una medalla olímpica.
Emociona verle patinar sobre todo quien conoce su vida de superación personal. Este grandísimo patinador tuvo que hacer las maletas hace unos años e irse de España para entrenar en Canadá, donde hay cultura de patinaje artístico. Sinceramente, ser campeón de Europa o ser medallista en un Mundial de patinaje siendo español es tan difícil como ser figura del toreo para un ucraniano.
Tengo especial simpatía por personajes como Javier Fernández, un hombre que pone ilusión, pasión en cada actuación. Patina de lujo pero, sobre todo, transmite amor por su deporte. Su cara sintetiza el amor por todos aquellos que sentimos el deporte muy dentro.
Decía Girandoux que "el deporte delega en el cuerpo algunas de las virtudes más fuertes del alma: la energía, la audacia, la paciencia". Ver patinar a Javier es todo un lujo del que muchos españoles nos sentimos muy orgullosos. Él será en Sochi una las pocas opciones de medallas de nuestra delegación. Sería una medalla ganada a pulso de un deportista que merecería portadas en los periódicos deportivos españoles. No es nada fácil lo que hace, pero dignifica su deporte como nadie. Esperemos que nos siga dando buenas noticias en unos Juegos Olímpicos de invierno del que solo tendremos noticias en las colas de deporte de los telediarios. España necesita mucho de deportistas como Javier, sin lugar a dudas, el mejor patinador sobre hielo que hemos tenido en toda nuestra historia.

La leyenda del Dakar

Nani Roma gana su primer Dakar en coches
Quien ama el deporte y el mundo del motor sabe que, cada año, por Navidad, tiene una cita inexcusable: el Dakar. Este histórico rally forjó su leyenda en las dunas africanas del desierto del Sahara y, desde hace unos años, por la presión de Al-Qaeda, se trasladó a Sudamérica. Argentina, Bolivia, Chile, el desierto de Atacama acogieron, con los brazos abiertos, a un evento deportivo que mezcla competición con leyenda.  
Este año, además, los españoles ganaron las dos categorías principales: los coches con Nani Roma y las motos con Marc Coma, un doblete que marca un hito más en la historia de nuestro deporte. Coma gana su cuarto Dakar y Nani Roma ha firmado el más difícil todavía: a su victoria en motos, en 2004, suma su primera en coches, algo que solo lo había conseguido su gran rival de este año: Stephan Peterhansel, el mejor piloto de la historia del Dakar con 11 triunfos.
Las lágrimas de Roma dicen mucho de la dureza de esta prueba. El desierto no perdona a nadie y si no que se lo pregunten a Carlos Sainz que, de nuevo, se retiró como consecuencia de una accidente de tráfico. Ganar una prueba de este nivel solo está destinada a unos cuantos elegidos, una serie de pilotos que han hecho de su profesión una forma de vida. Peligro, emoción, resistencia al límite de las posibilidades físicas y mentales son algunos de los rasgos que deben tener los grandes supercampeones del Dakar.
Me alegro mucho por Coma, por Laila Sanz, decimosexta en la clasificación general de motos, pero, especialmente por Roma, un hombre que cambió hace años de categoría, de motos a coches, para completar el ciclo del mejor piloto español de rally con el permiso de Carlos Sainz.
Un año más hemos disfrutado del Dakar, donde se sintetiza todo aquello que nos hace amar el deporte: una mezcla de leyenda, de competición, de emoción, una forma de entender la vida, con un espíritu de superación constante.
Siempre me gustará el Dakar, a pesar de que, muy probablemente, nunca pueda ver una prueba en directo. Son esas cosas que te gustaría ver alguna vez en la vida, como una carrera de Fórmula 1 en Mónaco, una final de Winbledon, la final de un Mundial de fútbol, los 100 metros lisos de una prueba olímpica, la final de una NBA y así un largo etcétera de cosas con las que has crecido.
Somos lo que hemos vivido y con quien hemos vivido y yo amo al Dakar desde que tengo uso de razón.
 

lunes, 13 de enero de 2014

Cristiano y el Balón de Oro


Cristiano Ronaldo ha ganado esta tarde su segundo Balón de Oro con todo merecimiento. Si se premia al mejor jugador en el último año, pienso que éste ha sido Cristiano Ronaldo, el único jugador que puede aproximarse, en estos momentos, en calidad futbolística a Leo Messi. Siempre me ha emocionado ver a alguien expresar con tanta sinceridad el agradecimiento hacia todos los que le han ayudado a conquistar una meta. Las lágrimas en público hablan de sentimientos muy interiorizados, de muchas luchas ganadas en silencio, a veces entre la incomprensión de muchos, de satisfacción por los sueños consumados, a pesar de que muchos dijeron que éstos serían inalcanzables. Me da la sensación que esas lágrimas hablaban mucho de todo esto, de toda una batalla interior ganada al destino y a muchos prejuicios.
Por todo eso felicito a Cristiano, un extraordinario jugador de fútbol que tenemos el privilegio de disfrutar en España. Le felicito, además, por haber aceptado de buen grado la victoria, sin altanería ni chulería. Resarce esta actitud, en parte, el desprecio de otros años a acompañar en la gala FIFA a otros ganadores tan legítimos como él. Por eso me parece un talante excepcional la postura de Messi, su presencia en la gala, a pesar de no ser el favorito en las quinielas. Habla mucho de su madurez como profesional y como persona del que considero el mejor jugador del mundo y del mejor jugador que he visto sobre un terreno de juego, con permiso de Maradona.
Me da mucha pena, asimismo, por todos aquellos jugadores españoles que han merecido como nadie este galardón. Hombres como Xavi o Iniesta, dos veces campeón de Europa, campeones mundiales con sus selecciones y su club, otras tantas veces campeones de Liga, de Copa, de Champions, de Mundialito de clubes y así un largo etcétera. Por muchísimo menos se llevaron el premio Sammer, Canavaro, Papin y otros tantos tipos que sacaron jugo a un buen verano con su Selección nacional.
Está claro que no hemos sabido trabajarnos mediáticamente a los votantes del Balón de Oro porque más y mejor no se puede hacer para llevarse un trofeo que España merece como nadie en los últimos años. La vida es así. Quizás tengamos que ganar un segundo Mundial para llevarnos un trofeo que prestigia al fútbol del país que lo consigue. Tiempo al tiempo.
Mientras todo eso sucede, disfrutemos de los mejores jugadores del mundo, que juegan en nuestra Liga  y reflexionemos sobre la naturaleza del ser humano. Ver llorar, con sinceridad, a hombres como Pelé o Cristiano al recoger sus premios, me invita a pensar en que todos, por grandes o humildes que seamos, seguimos teniendo sueños, objetivos por conseguir. Solo hay que esperar a que se cumplan algún día, para poder disfrutarlos con todos aquellos que quieres y admiras, te llames Cristiano Ronaldo o Perico Pérez.

martes, 7 de enero de 2014

Réquiem por Eusebio, la "pantera negra".

Eursebio, durante el Mundial de Inglaterra en 1962.
Si había un jugador emblemático en la historia de Portugal ese era, sin lugar a dudas, Eusebio, la "pantera negra" del fútbol mundial. Elegido por la IFFHS como el noveno mejor jugador del siglo XX, ganador de un Balón de Oro en 1965 y la Bota de Oro en 1966 y 1973, además de ser el líder de la selección portuguesa del mundial de 1966, donde los lusos quedaron en tercera posición, Eusebio da Silva Ferreira era, sobre todo, el icono del futbol portugués, por encima de Figo y Cristiano Ronaldo, los otros dos grandes jugadores portugueses, también ganadores de la Copa de Europa y del Balón de Oro.
A diferencia de estos dos últimos, Eusebio sí cosechó grandes éxitos para la selección portuguesa y, también a diferencia de Cristiano y Figo, toda su carrera, salvo el final que se marchó a México y EEUU, se desarrolló en Portugal, en el grandioso Benfica de los años sesenta. Es el club portugués más importante y Eusebio era su bandera.
Coetáneo de Pelé y Alfredo di Stéfano, protagonizó, junto a ellos, la dorada época de los años sesenta. Era un fútbol directo, menos físico y menos táctico, pero mucho más dinámico. Los partidos eran eléctricos y entretenidos, muy alejados de estos partidos tácticos, que se juegan en un pizarra o se deciden en un penalti injusto.
Era un fútbol romántico, donde los grandes jugadores sentían los colores de su camiseta y hacían toda su carrera deportiva defendiendo la misma elástica: Kubala la del Barça, Di Stefano la madridista, Pelé la del Santos y Eusebio, la del Benfica.
Con su muerte, este fin de semana, se ha ido una forma de entender el fútbol y se ha ido el verdadero icono del deporte en Portugal. Eusebio era su mejor embajador, querido y respetado por todos. Jugadores como Eusebio faltan en el mundo actual. Portugal, el Benfica se quedan huérfanos de su mejor deportista y todos los que amamos el fútbol tristes por despedir a un hombre que dignificó con su actitud el deporte rey.