En homenaje a Schumacher, el mejor piloto de Fórmula 1 de la historia

Cuando aún se debate entre la vida y la muerte el mejor piloto de Fórmula 1 de todos los tiempos, he querido contribuir a realizarle un pequeño homenaje, en agradecimiento de tantas y tantas tardes de emoción vividas al calor del excelente pilotaje de Michael Schumacher.

Está claro que, cuando alguien pelea por su vida en las condiciones en las que las está haciendo el ex-piloto alemán, todos tendemos a resaltar las virtudes que adornaron su trayectoria vital y tendemos a limar sus defectos, pero en el caso de Schumacher, su trayectoria deportiva fue impecable.

Para un fanático de Ferrari como yo, haber disfrutado de un piloto que dio 5 títulos mundiales consecutivos a la escudería, no hace más que engrandecer las simpatías por el piloto que será difícil de superar en sus registros: 7 títulos mundiales, 91 victorias y 68 poles, entre otros muchos méritos.

Personalmente nunca se habló demasiado bien de él: acusado de egocéntrico, de prepotente y de no tener demasiado trato con sus compañeros de parrilla. lo cierto es que todos eran pecados de grandeza, de sentirse el mejor piloto que ha pilotado por un circuito de Fórmula 1.

Es cierto que en Ferrari tuvo un equipo inigualable con Jean Totd y Ross Brown a la cabeza, pero no es menos cierto que él era la cabeza visible, la mano que ponía en marcha todo aquel genial engranaje. Las victorias y los títulos mundiales se acumularon de forma sistemática y demoledora, muy parecido a lo que está haciendo en estas últimas temporadas su compatriota Vettel, su más ferviente admirador desde niño.

En estas horas dudosas horas en las que Michael lucha por sobrevivir quería mandarle fuerzas para seguir en este maravilloso mundo donde el contribuyó como el que más a hacer felices a millones de personas que sienten pasión por la Fórmula 1. Seguro que él cambiaria todos los títulos, todas sus victorias por un minuto más de vida. Así es de injusta la vida: cuando crees haber triunfado en ella te vas sin tiempo ni para despedirte. Aunque a veces no lo pareciera, también Michael Schumacher era humano, tanto como para necesitar el aliento de todos aquellos que en su día fuimos sus seguidores más incondicionales.

El "show time" del Real Madrid de baloncesto

El Real Madrid de Pablo Laso pasó ayer a la historia de nuestra baloncesto. Firmó, con su victoria en Badalona, el mejor arranque de la temporada de un equipo de baloncesto en España. Ni más ni menos que suma 24 victorias consecutivas, mejorando el récord de los años 60 del Real Madrid de Pedro Ferrándiz, un equipo que sería, posteriormente, varias veces campeón de Europa.

Sin lugar a dudas, bajo mi punto de vista, estamos hablando del mejor equipo de Europa en estos momentos. Y duele decirlo a todo un culé que vive de la nostalgia de los mejores tiempos de Epi o de Juan Carlos Navarro.

El Real Madrid juega de libro, con un base sencillamente estratosférico que se llama Sergio Rodríguez. Da mucha lástima que fracasara en la NBA un jugador tan extraordinariamente técnico y artista. Le faltaba músculo y actitud defensiva pero el tiempo le ha convertido en un base que emociona ver jugar. Ahora la NBA vuelve a tocar sus puertas, pero él quiere quedarse en Europa donde, con el permiso de Spanoulis, es el rey absoluto. Afortunadamente España podrá disfrutar de sus servicios en el Mundial de baloncesto que organiza España este verano.

El Real Madrid es mucho más que Sergio Rodríguez. Es Nicola Mirotic, el mejor 4 de Europa, Rudy Fernández, Felipe Reyes, el eterno capitán madridista, Sergio Llull, Carroll, Bourouis, etc, etc. Menciono especialmente a Mirotic, un jugador que debería estar ya en la NBA, codeándose con los mejores del mundo. Es un jugador extraordinariamente técnico, limpio en su juego, con un tiro exterior descomunal, buen bote de balón y mejor penetración a canasta. Y es español y debería ser fijo para la lista de este verano. Además de Mirotic siento especial simpatía por Felipe Reyes, un jugador que si hubiera tenido 5 centímetros más hubiera triunfado, sin lugar a dudas, en la NBA. Sus limitaciones las convirtió en virtud. Apuntaló un tiro de 4 metros demoledor y un posicionamiento en el rebote que yo no he visto nunca desde los tiempos de Charles Barkley.

Con todo esto y la dirección excepcional de Pablo Laso, un hombre que, con el tiempo, debería ser seleccionador nacional de baloncesto, el Real Madrid ha armado un equipo que da envidia sana. Me gusta ver jugar al Real Madrid. Trato de evitar mentalmente que llevan puesta una camiseta blanca para disfrutar del baloncesto más atractivo que se puede ver en el universo FIBA. Así son las cosas.

El vergonzoso caso "Marta Domínguez"

Fui el admirador más grande de Marta Domínguez. Me parecía que representaba los valores más altos del deporte: sacrificio, capacidad de superación, entrega, humildad, competitividad y así un largo etcétera. No me pareció mal nada de su actitud, ni siquiera cuando entró en política en la primera línea de la mano del Partido Popular. Cada uno tenemos nuestra ideología y para mí no era censurable que defendiera públicamente lo que hacía en privado desde hacía años.

Disfruté como nadie con sus triunfos y sufrí como nadie cuando se cayó en los Juegos Olímpicos de Pekín en la final de 3000 obstáculos. La seguía en la temporada de cross, la aplaudía a morir en cada edición de la San Silvestre de Vallecas, donde tuve la oportunidad de verla en alguna que otra ocasión, incluido el año que ganó la prueba.

Toda esa admiración personal se ha transformado en pena o indiferencia. Hoy hemos conocido que la Comisión de Control de Seguimiento de la Salud y el Dopaje (CCSSD) ha devuelto el expediente por supuestas prácticas dopantes a la Federación española, que en su día se inhibió en favor del CCSSD. La pelota vuelve a la Federación donde Marta era vicepresidenta hasta que estalló el escándalo de su dopaje en el contexto de la "operación Puerto". Como es de esperar Odriozola, presidente de la Federación no hará nada, como tampoco ha hecho el CCSSD, organismo dependiente de la Dirección General de deportes, o sea, un organismo controlado por el Gobierno del Partido Popular, el mismo partido del que Marta es senadora.

Obviamente esperar que el PP sancionara a su mejor representante en el mundo del deporte es como creer en los Reyes Magos. El problema de todo esto es que la Federación Internacional de Atletismo esperaba una sanción ejemplificante y, de momento, ha recibido como respuesta una tomadura de pelo.

Si la Federación española no sanciona a Marta el caso, para vergüenza de España, acabará en el Tribunal de Arbitraje Deportivo en el que, lo más seguro, Marta será sancionada por dopaje. Una resolución que sonrojará a España, sospechosa de proteger a deportistas dopados. Lo curioso del tema es que queríamos organizar unos Juegos Olímpicos enarbolando la bandera de la lucha contra el dopaje. Está claro que el Comité Olímpico Internacional no tragó con esta pantomima. Ir a defender con una nueva ley antidopaje con asuntos en el armario como el de Marta Domínguez era intentar tomar el pelo al personal.

Ya somos muy famosos por defender a personajes vinculados con el dopaje. La escena de Zapatero y Rajoy defendiendo a Contador fue absolutamente inconcebible para la opinión pública internacional. Lo de Marta Domínguez es un caso más de un país que no se toma en serio el dopaje. Comparar lo que hace España con lo realizado por EEUU en el "caso Amstrong" o en el "caso Marian Jones" es, sencillamente, vergonzoso.

EEUU es un país creíble en la lucha contra el dopaje, un país donde algunos campeones olímpicos o del mundo han ido a prisión por doparse continuadamente. Por eso EEUU es una potencia admirada y respetada en el mundo del deporte. Las cosas o se hacen bien o no se hacen. Presentarse la delegación española en Buenos Aires para defender la candidatura de Madrid 2020 con estos cadáveres en el armario era la antesala del fracaso. Todos se quedaron con "el relaxing café con leche en Plaza Mayor" pero los entendidos en la materia apuntaron la lucha contra el dopaje nuestro punto más flaco. Si han leído la prensa hoy han descubierto la falacia de nuestra ley contra el dopaje, una ley que ha nacido muerta como evidencia la gestión del caso Marta Domínguez. España es diferente, está claro.

Pequeño homenaje a la más grande de nuestro baloncesto

Emociona mucho escuchar la despedida de una de las mejores deportistas españolas más grandes de nuestra historia. Tres veces campeona de la NBA femenina, 8 veces campeona de la Liga española, campeona de Europa a nivel de selección, medallista de bronce mundialista y 253 veces internacional con la selección española son argumentos más que suficientes para ilustrar la trayectoria deportiva de una jugadora de baloncesto inigualable en calidad y en ambición.

Fue grande, muy grande, dentro de la cancha y una auténtica líder del vestuario. Fue el pegamento de una selección de baloncesto que se codeó en la élite mundial a lo largo de toda una década. Me quedo con su competitividad y su entusiasmo, por su valentía de afrontar con éxito la aventura americana y aquella que vivió en la liga rusa.

Por todos los sitios pasó con profesionalidad y solvencia porque detrás de ella había todo un camino de perfección baloncestística y humana. Su despedida es el resumen de toda su trayectoria: verdad, emoción, sensibilidad, amor por unos colores que defendió a muerte incluso en el momento de su despedida.

Sólo me queda, desde esta humilde ventana, rendirla este pequeño homenaje y darle las gracias por todos aquellos momentos que me hizo sentir el baloncesto desde muy adentro. Gracias Amaya y suerte en la vida.

Al Barça le cayó el "gordo" del sorteo

Está claro que el Barça este año no gana para sustos. Después de perder por lesión a algunos de sus mejores jugadores, incluidos Messi y Víctor Valdés, la peor noticia que podía recibir era tener una eliminatoria a vida o muerte en octavos de final de la Champions League. Será el termómetro ideal para medir a qué puede llegar el Barça esta temporada. El Marchester City es un equipazo que dirige Manuel Pellegrini, uno de los mejores entrenadores sudamericanos que han venido a Europa en la última década.

El Barça tendrá que estar a tope para una eliminatoria entre dos de los favoritos para ganar la edición de la Champions de este año. Un equipo donde juega Touré, Navas, Silva, Negredo y otros tantos jugadores de primer nivel infunde mucho respeto. Sinceramente pienso que el Barça pasará la eliminatoria, pero ésta se resolverá por pequeños detalles y no tener a Messi en plena forma puede ser uno de ellos.

El Real Madrid, por su parte, este año ha tenido en octavos la suerte que se le negó en otras ediciones. El Schalke 04 es un equipo en horas bajas que no le presentará el menor problema al conjunto madridista. Eso sí, en el partido de ida el Real Madrid sufrirá como todas las veces que juega en Alemania. No obstante, la superioridad es tan evidente que su hipotética eliminación sería la gran sorpresa de octavos. El destino, en cualquier caso, ha sido esquivo. El año que Raúl abandonó el club alemán es el año donde se enfrentan directamente al Real Madrid. Guiños del destino.

Para finalizar, el Atlético de Madrid tendrá su verdadera prueba de fuego ante un Milán en horas bajas. El Atlético es favorito por equipo, por entrenador y por juego. Entrar en cuartos de final sería un auténtico sueño para los colchoneros. Se merecen como nadie hacer una buena Champions y yo espero que lleguen muy alto, a semifinales por lo menos. Considero al Atlético superior al Milán y solo una mala gestión de las emociones en el partido de ida puede alejar al Atleti de eliminar a todo un Milán, campeón de siete copas de Europa.

Me gusta el sorteo, que se completa con un Arsenal-Bayern. ¿Qué más se puede pedir?. Ahora toca disfrutar del fútbol como aperitivo al Mundial emocionante que nos espera. ¡¡¡Viva el fútbol!!!

El grupo de España en el Mundial de Brasil

Cuidado con la primera fase del Mundial que vienen curvas. España, bajo mi punto de vista, está en el grupo más complicado. Se enfrenta a dos de los equipos que más difícil nos lo pusieron en el Mundial de Sudáfrica. Soy de los que piensan que en el mundo del deporte no es aconsejable tener cuentas pendientes y revanchas por devolver. España dejó fuera del Mundial de Sudáfrica a Chile y ganó la final a Holanda. Son dos viejas cuentas pendientes que no me gustan ni un pelo.

Pienso, honestamente, que España tiene peor selección que hace cuatro años. La columna vertebral son jugadores del Barça que están dejando señales alarmantes de baja forma. Sí, somos los campeones de hace cuatro años, pero somos cuatro años más viejos y eso se nota.

La Selección no ha tenido una renovación adecuada y ninguno de los once titulares son diferentes a los que nos llevaron al título de Sudáfrica. Solo Jordi Alba y Diego Costa pueden entrar en el once titular de hace cuatro años con solvencia. El resto son jugadores más experimentados pero también menos competitivos, salvo excepciones como Cesc, Piqué o Sergio Ramos.

No me gusta nada el grupo. Un pinchazo y te quedas fuera en primera ronda, lo cual sería un fracaso rotundo. Me da la sensación de que Vicente del Bosque tendrá que preparar la primera fase a tope y dejarse de repartir minutos y otras tantas maniobras de pacificación del vestuario. De otra manera, lo pasaremos, mal, muy mal, ya que tenemos unos rivales de cuidado. Chile me impactó en el partido contra Inglaterra y Holanda es especialmente competitiva en los Mundiales.

El resto de grupos es equilibrado salvo el de Portugal, Alemania, Ghana y EEUU y el de Inglaterra, Italia y Uruguay, donde la igualdad es grande entre todos los rivales. Eso sí, Brasil y Argentina tendrán una primera fase a título de inventario, guardando fuerzas para los cruces de octavos.

En resumen, nos espera un Mundial intenso, muy intenso desde el minuto uno hasta, esperemos, la final. Quienes amamos el fútbol ya nos estamos frotando las manos de todo lo que viene por delante que es mucho y muy bueno. ¡¡¡A disfrutar!!!

La falta de estilo del Barça

 

 

Cuando no te acompañan los resultados se pone a luz la verdadera dimensión de un equipo de fútbol. El debate y el estado de opinión de la grada se focaliza en el juego ya que no te disculpan los resultados que servían de escudo ante cualquier crítica. Ahora se pone en tela de juicio a lo que juega un equipo de fútbol, se analiza su identidad futbolística, se mira su personalidad y las sensaciones que deja en el campo.

En este estado del debate en el que se encuentra el Barça de Martino. Hasta el partido del Ajax, somos legión que hemos criticado su juego pero no podía cuestionarse la figura de un entrenador que, tras 20 partidos, no había perdido ninguno. Ahora ha perdido los dos últimos y de qué manera: un equipo plano, sin recursos, sin identidad, que ha perdido el olfato de gol, la posesión del balón y el ADN futbolístico que tenía desde 1989, cuando Cruyff asume la dirección deportiva del equipo.

Ahora nos encontramos con un equipo diezmado de bajas que debe afrontar un mes de diciembre complicado, incluido el partido con el Atlético de Madrid, un equipo que sabe a lo que juega y que puede meterle en serios aprietos, a poco que se lo proponga.

No quiero ser catastrofista pero me da la sensación que, como Messi no lo impida, la deriva que ha tomado el Barça le conduce al abismo. Ver a Iniesta, a Xavi, Cesc, Piqué o Busquets quitarse el balón de encima a pelotazo limpio es un auténtico sacrilegio. Decir que es mejor llegar con tres toques que con veinte es una falacia que deja al descubierto el discurso resultadista de Martino.

Esperemos que las Navidades y los Reyes Magos nos traigan bajo el brazo la magia del fútbol que nos regalaba cada partido el Barça. Todos los culés soñamos con el regreso de nuestro equipo por Navidad porque, de momento, lo visto en el último mes es un sucedáneo que no se traga ni Sandro Rosell.