domingo, 8 de noviembre de 2015

Jorge Lorenzo, tricampeón del mundo con toda justicia


Me alegro mucho, muchísimo por Jorge Lorenzo. Es tricampeón del mundo de MotoGP y eso son palabras mayores. Aclaro, desde el principio, que admiro muchísimo a Rossi, que siempre fui fan de Pedrosa y que, ahora, mi piloto favorito es Márquez.
Tuve la suerte de ver hace más de una década correr a Lorenzo en los circuitos nacionales, cuando comenzaba a despuntar con Dani Pedrosa en el campeonato de España de 125 cc y ya supe que en aquel piloto había madera de campeón por mucho que Pedrosa le ganara casi todas las carreras. Después se desató la guerra entre Pedrosa y Lorenzo cuando Alberto Puig se decantó por Dani y Lorenzo comenzó a ser dirigido por Dani Amatrain. En ese punto siempre quería que ganara Pedrosa, era mejor piloto, más cerebral, más técnico, bastante más humilde. Lorezo cambió el paso cuando dio el paso a MotoGP y se enroló en el equipo de Rossi, en aquella Yamaha invencible que Rossi evolucionó desde cero.
La guerra se desató en Yamaha, se levantaron muros en el mismo garaje para que no se copiaran la telemetría y todo acabó como el rosario de la aurora. La tensión fue tan fuerte que Rossi cometió el mayor error de su vida. Abandonó Yamaha y se fue a Ducati, confiando en que la haría de nuevo campeona del mundo tras el éxito con la marca italiana de Stoner. La apuesta le salió rana y pasó de poder haberse convertido en el mejor piloto de la historia a otro que tenía dificultades para estar entre los cinco primeros de cada carrera.
Rossi era puro talento, pasional, absolutamente brillante pilotando, único evolucionando las motos pero entró en una espiral profesional y personal que le condujo al ostracismo. Después de varias temporadas en las que los títulos fueron para Stoner, Lorenzo y Hayden, Rossi volvió a apostar por Yamaha y en apenas dos temporadas volvió a estar en la élite de MotoGP. Eso habla de su talento, de su grandeza como piloto, que es incuestionable pero el mismo, cuando se pare a pensar un poco, aceptará que se equivocó al final de esta temporada. Tenía el título en el bolsillo pero el exceso de confianza o de prudencia le hizo perder puntos frente a las Honda y frente a Lorenzo. Se buscó enemigos incómodos como Márquez y eso era soportar demasiado lastre. La carretera no engaña y es la misma para todos. No sirve acusar a Márquez o a Pedrosa cuando pilotan por el mismo circuito que tú y dan las mismas vueltas. Sino estás delante de ellos, por lo que sea, lo profesional, lo deportivo es aceptarlo y punto. 
Son pilotos españoles, vale. También en algunos mundiales estuvo por medio Biaggi o Capirosi o Melandri y nadie dijo nada. Lorenzo ha tenido templanza, no ha cometido errores en la temporada, salvo en Muggelo y ha sabido darle a Rossi de su misma medicina: manos de cirujano al volante en momentos de máxima tensión. Es el campeón del mundo justo, justísimo. No lo digo por mi condición de español, que seguro que condiciona mis prejuicios con respecto a este tema, sobre todo lo digo porque Lorenzo ha demostrado ser mejor en los momentos más importantes del campeonato.
Rossi sabe muy bien que su gesto de la penúltima carrera era bandera negra. Me entristece ese final para un grande del motociclismo. Me caía bien, muy bien, admiraba como ninguno su palmarés y confío que sea capaz de volverlo a intentar la próxima temporada que vuelven los neumáticos Michelín al Mundial. Rossi se adapta como nadie ante cambios tan sustanciales y seguro que volverá a estar arriba. Se supone que el invierno servirá para limar asperezas. Mas tensión que hubo entre Pedrosa y Lorenzo es imposible y, sin embargo, hoy Pedrosa felicitó con una abrazo muy sincero a Lorenzo por su triunfo.
Las motos merecen un gesto de Rossi y de Márquez. Que nadie se equivoque. Márquez admira a Rossi y le admira tanto que quiere sobreponerse a su mito, a esos 9 mundiales que el italiano presume con todo orgullo. Márquez quiere ser el mejor de la historia y sabe que lo será si es capaz de pasar por encima del mito de Rossi, que sobrevuela por cada circuito del Mundial. 
Carreras como hoy dignifican este deporte y lo hacen aun más grande. Enhorabuena a Lorenzo y ánimo a Rossi, que el Mundial y todos sus aficionados le necesitamos en plena forma. 

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