Hablar del Atleti después de un 4-0 es fácil. Puede parecer demagógico decir mil piropos a un equipo que se lo merece por derecho pero me apetece decir que me gusta el Atleti, que me encanta el Atleti, que merece una Copa de Europa ya y que su fútbol representa todos aquellos principios futbolísticos en los que he creído siempre: humildad, honestidad, entrega, verdad, mucha verdad, en definitiva.
Es un fútbol intenso e ilusionante que ha humillado sin mas a todo un equipo campeón de mundo y Europa. No puedo entender que alguien pueda criticar a estas alturas de la película al Cholo Simeone, un entrenador que ha puesto al Atleti en el lugar donde todos los atléticos habían soñado.
Me encanta este fútbol intenso, este derroche perpetuo de ilusión, esta forma de entender el fútbol desde el respeto máximo a la afición y a la historia de un grande en todos los sentidos. El Atlético de la mano del Cholo Simeone ha venido para quedarse, para alegría de muchos que tenemos simpatía por estos colores y por todo lo que representa.
Sin el presupuesto de los grandes pero con mucho más dignidad que ninguno el Atleti va construyendo su pequeña historia cada temporada. Me encantaría que fuera campeón de Europa, para saldar viejas cuentas con la historia y para culminar con letras de oro todo el trabajo callado de estas tres últimas temporadas.
Ante partidos como hoy me quito el sombrero y digo: viva el Atlético de Madrid y punto final.
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