Bienvenido quienquiera que seas, dondequiera que estés, a esta pequeña ventana por la que fluye mi amor por el deporte. Siempré soñé con ser deportista. Ahora que este sueño ya no lo podré cumplir nunca, al menos, me gusta observarlo y comentarlo con la mayor humildad posible. Entra sin llamar. Si te gusta el deporte, siempre serás bienvenido.
lunes, 23 de febrero de 2015
Nuevo título para el Real Madrid de baloncesto
Siempre he defendido el papel de Pablo Laso en el Real Madrid de baloncesto. Ha ganado tres copas del Rey, una Liga ACB, ha sido finalista de la Euroliga, hace un juego dinámico y vistoso y ha conseguido revertir la primacía del Barça en el baloncesto español. Ayer volvió a ganar otra Copa del Rey y lo volvió a realizar con solvencia pero los críticos le seguirán machacando. Y eso a pesar de no contar con Mirotic, el jugador español de baloncesto fuera de la NBA con más talento del último lustro. Yo aplaudo su juego y su forma de gestionar un banquillo nada fácil.
Para un culé duele asumir con resignación estoica la derrota de ayer. También me gusta Xavi Pascual pero me deja, a veces, grandes interrogantes. Por ejemplo, la novedad de jugar los momentos importantes de los partidos sin base. Ver jugarse las pelotas más importantes del partido con tres escoltas en pista llama poderosamente la atención. Está claro que ha perdido la confianza en Huertas, un base, por otro parte, dual y faústico: igual te hace un partido con 30 de valoración como que desaparece sin aparente explicación. También me deja dudas la escasa aportación de los pivots, a excepción de un estratosférico Tomic, que firmó un 40 de valoración, récord en una final de Copa del Rey. Pleiss definitivamente es un error. No mejora el rendimiento de Teodorovic y también deja mucho que desear Nachbar, un jugador que debería haber tomado el relevo de Lorbek pero que está desaparecido en combate. A ello se añade la baja forma de Navarro y la poca confianza para los partidos importantes de Hezonja, bajo mi punto de vista el jugador europeo de más talento menor de 20 años.
En este estado de cosas discurrió la final de Copa del Rey. Siempre los equipos de Xavi Pascual hacen mejor la segunda parte de la temporada. Sería demasiado bonito una revancha en la final de la Euroliga en el Palacio de los Deportes frente al Real Madrid. De momento, los madridistas se anotan un nuevo título en un momento en el que se empezaba a cuestionar el papel de Pablo Laso y de Alberto Herreros. Ahora queda disfrutar del final de temporada y yo me pido un nuevo título de Copa de Europa en Madrid, ¿quién pide más?.
lunes, 16 de febrero de 2015
Los Gasol: el gran sueño americano
Los hermanos Gasol han conseguido lo que nunca hicieron dos hermanos en la historia del baloncesto mundial: han protagonizado el salto inicial del All Star de la NBA. Es una hazaña que engrandece aún más nuestro baloncesto y lo sitúa, de nuevo, en la vanguardia mundial tras el fracaso del Mundobasket de España del verano pasado.
Son dos jugares estratosféricos. Pau es más versátil pero Marc tiene un talento innato para fajarse con los grandes pivots de la NBA. Ambos son jugadores decisivos en sus equipos y ambos tienen posibilidades de jugar la final de este año: Pau con un Chicago Bulls rejuvenecido y Marc con un Memphis Grizzlies que esta temporada parece con más posibilidades que nunca de ser campeón de la Conferencia Oeste y después de la NBA.
Ambos nacieron y crecieron en el Barça. Pau de la mano de Joan Montes, un entrenador de transición que dejó como mejor legado la incorporación del hermano mayor de los Gasol al primer equipo blaugrana y Marc que debutó también con el primero equipo pero posteriormente fue marginado por Ivanovic, hasta que decidió irse a Girona como puente de salida a la NBA. Además de ello, ambos tienen el honor de haber jugado en la mejor selección española de la historia: un Mundial, dos europeos y dos platas olímpicas en apenas una década dan buena muestra de la calidad de su baloncesto.
Me alegro mucho por ellos, porque han cumplido ese viejo sueño americano de triunfar desde el esfuerzo y la humildad en un país donde el baloncesto es una auténtica religión. Con su trayectoria profesional han abierto camino a otros tantos españoles que también están dando muchas noches de gloria en la NBA: Ricky Rubio, Sergi Ibaka, José Manuel Calderón, Víctor Claver o Nicola Mirotic a los que se unieron en su día Carbajosa, Chacho Rodríguez, Rudy Fernández o Juan Carlos Navarro.
Para uno que creció de niño viendo los duelos entre Bird y Magic Johnson, entre Jordan y Wilkins, entre Malone y Ewing, es un auténtico orgullo disfrutar del fin de semana de las estrellas con protagonismo español.
Tendrán que pasar muchos años, quizá décadas, para volver a tener esta cantidad y calidad de buenas estrellas. Pau y Marc representan lo mejor de nuestro deporte. Por méritos propios han logrado escribir con letras de oro la historia de nuestro baloncesto reciente. Que todo EEUU haya recogido en las portadas de sus ediciones deportivas el salto inicial de dos españoles no hace sino engrandecer aun más la carrera deportiva de dos figuras de nuestro deporte.
Este fin de semana la NBA olía más que nunca a España, a Cataluña, y a la vida de dos hermanos que supieron triunfar en el Olimpo de los dioses del baloncesto mundial. Yo sueño con ver terminar sus carreras deportivas en Barcelona, el club de sus amores junto con Juan Carlos Navarro. Por soñar que no quede.
lunes, 9 de febrero de 2015
Fernando Alonso y la lista Falciani
Soy el mayor admirador del mundo de Fernando Alonso, de su trayectoria deportiva y de todo aquello que ha hecho por nuestro deporte. Para un amante de la Fórmula 1 y de Ferrari, Alonso representa un símbolo que va más allá de los triunfos deportivos. Ha promocionado la Fórmula 1 en España, nos ha dado orgullo y nombre internacional en un deporte siempre considerado para deportistas de países adinerados con gran infraestructura deportiva.
He madugrado, no he dormido siestas, he visto cada una de sus carreras, me he emocionado con sus triunfos, me han indignado las injusticias del destino que ha padecido el asturiano y he sentido como propias todas las ofensas de la prensa británica. He creído en la sinceridad de su gesto y de sus lágrimas cuando sonaba el himno español pero sinceramente después de leer hoy que pertenecía a la famosa lista Falciani me quedan pocas ganas de volver a celebrar sus triunfos en McLaren.
Querer estafar a Hacienda que, en verdad, somos todos dice muy poco de Fernando Alonso. El mayor gesto de solidaridad hacia tus propios paisanos es pagar tus impuestos con los que se financia la sanidad, la educación de los niños que te admiran, se financian las infraestructuras deportivas de los que serán mañana tus compañeros de pista, se pagan los servicios públicos de los ciudadanos que se levantan a verte competir, de aquellos que ven creíble sentir el himno nacional como expresión colectiva de un país del que eres un icono, un símbolo.
La vida de los deportistas, de los políticos, de los artistas, de todos los famosos en general debe transmitir ejemplariedad y valores cívicos y éticos. Para admirar a chorizos, a mangantes ya están las películas y las novelas policiacas. Por eso me ha decepcionado tanto Fernando Alonso. No se puede vender la imagen de un tipo que te importa tu país, ese que te ha dado el Premio Príncipe de Asturias con la mayor ilusión y llevarte tu dinero a paraísos fiscales para ahorrarte lo que debes pagar en justicia.
Es una pena pero cada vez estoy más convencido que el alma de los pueblos lo representan personas llanas y humildes que se levantan cada día con la mayor dignidad posible para poder dar de comer a su familia, a los que se quita hasta el último céntimo para pagar los impuestos que financian nuestro modelo de vida y de sociedad.
Esta gente común sí son verdaderos héroes. Para ellos no habrá grandes titulares en periódicos ni reportajes en televisión, ni entrevistas de radio, pero tendrán todo el respeto de personas como yo, que admiran cómo siguen sobreviviendo a pesar de tanto contratiempo. Para ello no se izarán banderas ni sonarán himnos nacionales pero son mucho más españoles, mucho más patriotas, que otros tantos que se acuestan envueltos en una bandera nacional que ni respetan ni dignifican.
sábado, 7 de febrero de 2015
Me encanta el Atlético de Madrid
Hablar del Atleti después de un 4-0 es fácil. Puede parecer demagógico decir mil piropos a un equipo que se lo merece por derecho pero me apetece decir que me gusta el Atleti, que me encanta el Atleti, que merece una Copa de Europa ya y que su fútbol representa todos aquellos principios futbolísticos en los que he creído siempre: humildad, honestidad, entrega, verdad, mucha verdad, en definitiva.
Es un fútbol intenso e ilusionante que ha humillado sin mas a todo un equipo campeón de mundo y Europa. No puedo entender que alguien pueda criticar a estas alturas de la película al Cholo Simeone, un entrenador que ha puesto al Atleti en el lugar donde todos los atléticos habían soñado.
Me encanta este fútbol intenso, este derroche perpetuo de ilusión, esta forma de entender el fútbol desde el respeto máximo a la afición y a la historia de un grande en todos los sentidos. El Atlético de la mano del Cholo Simeone ha venido para quedarse, para alegría de muchos que tenemos simpatía por estos colores y por todo lo que representa.
Sin el presupuesto de los grandes pero con mucho más dignidad que ninguno el Atleti va construyendo su pequeña historia cada temporada. Me encantaría que fuera campeón de Europa, para saldar viejas cuentas con la historia y para culminar con letras de oro todo el trabajo callado de estas tres últimas temporadas.
Ante partidos como hoy me quito el sombrero y digo: viva el Atlético de Madrid y punto final.
lunes, 2 de febrero de 2015
Triste final hispano para una gran Mundial de balomnano
Me encanta el balonmano desde que tengo uso de memoria. Jugué a este noble deporte con el equipo del colegio en Salamanca a mediados de los ochenta y desde ese momento me enamora ver este deporte. Además es la sección del Barça que más satisfacciones nos ha dado, algo que refuerza mi absoluta devoción por este deporte.
He tenido la suerte de ver proclamarse dos veces campeona del mundo a la Selección española, justamente en los años en los que Francia ha ejercido una dictadura de éxitos con una generación irrepetible de la mano de Karabatic, bajo mi punto de vista el mejor jugador de todos los tiempos.
En el Mundial de Qatar defendíamos título con los mismos jugadores que ganaron el título en España hace dos años, a excepción de Sterbic y Alberto Entrerríos. Merecíamos medalla pero el destino fue demasiado cruel en la final de consolación, en la que recibimos un gol que forzaba la prórroga en el último segundo. Quedar cuarto no está mal pero estos jugadores hicieron méritos para llegar a lo más alto del pódium. Faltaron pequeños detalles, especialmente en ataque, donde se nota el plus que aportaba Alberto Entrerríos o el aplomo en los momentos decisivos de Sterbic, el mejor portero que ha tenido España desde los tiempos de Lorenzo Rico.
Me entristece este final por gente como Manolo Cadenas, el técnico que sustituyó a Valero Rivera, un seleccionador que ha vuelto a obrar el milagro con la plata que ha dado a la selección de Qatar. También por jugadores que están dando sus últimos coletazos con la Roja como Raúl Entrerrios o Chema Rodríguez, hombres que han dignificado con su juego al balonmano español en el momento económico más difícil de nuestra historia reciente.
Este grupo merecía mucho más. Son jugadores humildes y entusiastas. Joan Cañellas, Viran Morros, Víctor Tomás, Jorge Maqueda o Julen Aguinagalde son el símbolo de los valores más nobles del deporte: profesionalidad, trabajo callado, entrega, humildad y un largo etcétera de cualidades que hacen del balonmano un deporte tan especial.
Ahora nos queda luchar por una plaza para los Juegos de Río 2016 y ver como el Barça intenta ganar su noveno título de campeón de Europa, de la mano, entre otros, de Karabatic, un jugador estratosférico que se ha marcado como objetivo engrandecer las vitrinas del Barça con más títulos. Que así sea.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)