martes, 24 de mayo de 2016

Un doblete para la Historia

El Camp Nou celebró la Fiesta del doblete
No todos los días se gana un doblete y menos si se hace de forma consecutiva que lo ha hecho el Barça. Está claro que el éxito rotundo de la temporada está supeditado a lo que haga el Real Madrid en la final de la Copa de Europa. Sigo pensando que la historia en mayúsculas se labra en Europa. Es allí donde se fabrican los mitos, las leyendas, donde verdaderamente se construyen los equipos grandes. A esa fiesta el Barça no está invitado y la mayoría de los culés desearían una victoria del Atlético de Madrid, justamente para no empañar el intenso y exitoso fin de temporada blaugrana.
Personalmente valoro mucho más este doblete que otros porque se ha conseguido frente al campeón y subcampeón de Europa, lo que da mas relevancia a lo conseguido. Muchos jugadores se la jugaban, Luis Enrique se la jugaba y el conjunto del proyecto deportivo hubiese estado en entredicho de no haber ganado Liga y Copa del Rey. 
Entre el fango, la penumbra, en momentos de duda y tempestad volvieron a salir los verdaderos valores de este equipo. Por mucho que quieran enlucir y tergiversar el debate futbolístico con el discurso de las banderas, un debate que no existe para la mayoría de los culés que respetamos y queremos la bandera española como propia y no como una imposición històrica, por mucho que lo quieran hacer, los valores más auténticos del Barça renacieron a finales de temporada. 
En este sentido Andrés Iniesta tiró de galones y se marcó una final de Copa del Rey para enmarcar, una nueva lección de fútbol construida a partir de la humildad de su discurso. Le acompañaron Piqué, Jordi Alba y Messi, con la clarividencia de su fútbol y, por supuesto, Busquets, un jugador que se agiganta a cada partido sin levantar la voz.
Con todos estos ingredientes el Barça consiguió enderezar una temporada que se la había torcido con su eliminación en la Copa de Europa frente a un grandísimo Atlético de Madrid. Como digo no es fácil hacer un doblete, ganando en la final de Copa al Sevilla, un equipo que me gusta especialmente porque se le nota la mano de Unay Emery, un entrenador llamado a consolidarse en la élite.
Ahora sólo queda disfrutar de la final madrileña, desear, por justicia histórica, un triunfo colchonero y esperar que en la Eurocopa el fútbol español brille con el mismo esplendor que lo hacen sus clubes. Sería la guinda de oro a una temporada intensa, muy intensa de buen fútbol.

sábado, 14 de mayo de 2016

La Liga de Luis Suárez

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Yo viví en una época en la que el Barça ganó una Liga en veinte años. En mi memoria de niño solo recuerdo celebrar la Liga de Terry Venables, en la temporada 1984-85. El resto, hasta 1991, la primera Liga de Cruyff es un rosario de fracasos y excusas que no servían para justificar los subcampeonatos. En España triunfaba la Quinta del Buitre y en Europa el Milán de Sacchi. Esa era la realidad. El Barça era un equipo que peleaba por los títulos pero siempre le faltaba algo para conquistarlos.
Ahora hemos ganado 8 en apenas 11 años. El dato es demoledor, a lo que se acompañaba otros cuatro títulos de campeón de Europa y tres títulos de campeones del mundo de clubes. Todo eso en apenas una década. Ante esto, ante esta pérdida de perspectiva histórica, solamente queda celebrar por todo lo alto el vigésimo cuarto campeonato de Liga, teniendo en cuenta que lo hemos ganado ante los que serán los campeones y subcampeones de Europa de esta temporada. 
Soy el primero en defender que el título de campeón de Europa tiene un valor superior al de campeón de Liga. La leyenda de los equipos se forja en Europa, como la de un ciclista en el Tour de Francia o la de un tenista en Wimbledon. Es evidente, pero no subestimemos este campeonato, porque personalmente me ha dejado mayor satisfacción que los últimos cuatro juntos. 
Está claro que la temporada no será espectacular, teniendo en cuenta que el Real Madrid podrá ser campeón de Europa, pero no está nada mal ganar un título de Liga en el que se ha confirmado como gran estrella en el firmamento blaugrana de Luis Suárez, un goleador a la vieja usanza que ha firmado nada menos que 40 goles.
Suárez ha justificado su fichaje, ha demostrado calidad futbolística y un compromiso personal con el equipo que le ha faltado a otras grandes estrellas en el momento clave. Es un jugador descomunal que dará muchas más tardes de gloria pero que, por el momento, ha superado en rendimiento a Messi y Neymar, dos de los tres mejores jugadores del mundo en la última década.
Ha sido una temporada muy dura, sobre todo si se tiene en cuenta al Atletico de Madrid de Colo Simeone, uno de los equipos más compactos de la historia del fútbol español y la calidad indudable de los jugadores del Real Madrid, sobre todo de Cristiano Ronaldo, un futbolista total que sigue en la brecha, diez años después de su eclosión en el Manchester United.
Me hubiese gustado ver al Barça campeón de Europa pero hacer doblete en Liga y Copa no estará nada mal, si es que el Sevilla lo permite. Ahora vemos el doblete como algo normal pero antes, hace apenas 20 veinte años, sencillamente era un sueño, porque muchas temporadas se salvaban ganando al Real Madrid en el derby. Es así. Para saber quien eres, debes tener claro de donde vienes y donde estás y esta temporada no la cambio por ninguna de la década de los sesenta, setenta y ochenta, así que visça el Barça y a esperar la final de la Copa del Rey, donde seguro que brindaremos por un nuevo título culé.

viernes, 25 de marzo de 2016

Johan Cruyff, DEP

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Como culé pienso que ha habido tres personas especialmente importantes en la historia del FC Barcelona: Ladislao Kubala, Johan Cruyff y Leo Messi. Los tres marcan las tres etapas más importantes del club. 
Kubala fue la cabeza visible del Barça de los años cincuenta, en el que se ganaron todos los títulos posibles a excepción de la Copa de Europa, que nació en 1955. Leo Messi es el presente y el futuro del club, un presente lleno de éxitos donde no se vislumbran los límites como equipo. En apenas una década el Barça ha ganado 5 copas de Europa, tres mundialitos de clubes y 8 Ligas españolas. Sobran los comentarios.
Cruyff, por su parte, es el personaje más importante del club. No hablamos solamente como jugador, que fue muy brillante a mediados de los años setenta, sino además hablamos como entrenador, donde su filosofía sigue siendo la seña de identidad del club, tanto del primer equipo como del resto de categorías.
Desde niño recuerdo que, en quince años, solo pude disfrutar de un Copa del Rey que ganó el Barça al Real Madrid con un cabezazo histórico de Marcos, la Liga de Terry Venables y la decepción de la final de la Copa de Europa de Sevilla, El resto fue un período negro donde el Real Madrid de la Quinta del Buitre, a nivel español y el Milán de Sacchi a nivel europeo marcaron el paso. Todo eso hasta que llegó Cruyff como entrenador al club. Se ganó en la primera temporada la Recopa de Europa, en la segunda la Copa del Rey, después cuatro Ligas seguidas y la primera Copa de Europa, con el inolvidable gol en la prórroga de Koeman en Wembley. 
Fue un punto de inflexión que explica el éxito actual del Barça. Se marcó un patrón de juego que heredaron Rijkaard, Guardiola y Luis Enrique, los tres técnicos que han dado Ligas y copas de Europa al club en la última década.
Debo confesar que soy devoto del fútbol total, de una forma de entender el juego donde la circulación de balón es el horizonte para defender y atacar de la manera más eficaz posible. No solo es agradable a la vista sino que es lo más inteligente para gestionar el juego. Mientras tienes el balón al contrario le anulas su capacidad de atacarte y le condicionas su juego. Por el contrario tu gestionas la capacidad física de tu equipo y vas madurando la posibilidad de ataque en tus puntos más fuertes. Así de sencillo y así de difícil es el juego del Barça. 
El Barça tiene los mejores jugadores pero los tiene porque ha trabajado la cantera con la filosofía de Cruyff y también porque muchos quieren venir a jugar al Barça porque disfrutan de su juego. Es el argumento principal para que hayan venido Ronaldinho, Ronaldo, Rivaldo, Neymar o Luis Suárez.
Todo ello se lo debemos a Cruyff, a su labor como jugador y como técnico y yo firmaría para que el nuevo estadio se llamara Johan Cruyff. Sería un justo y emotivo homenaje al que ha sido un hombre que ha aglutinado a todas las corrientes del barcelonismo, un hombre que ha diseñado el ADN del actual Barça, ese equipo que es el orgullo de la historia culé y que ha fabricado jugadores que han sido, asimismo, protagonistas principales de los éxitos de la Roja, ¿Qué se puede decir más?.
Johan Cryff, descanse en paz y gracias por todo.