Ganar la WNBA no es nada fácil y menos siendo una jugadora que nació y crecio en el baloncesto español. Este fin de semana Anna Cruz ha ganado su primer anillo de WNBA y se convierte en la segunda española, después de Amaya Valdemoro, que lo consigue.
Anna es la base suplente de los Minesota Lynx, pero su aportación al equipo ha sido muy importante a lo largo de la temporada. Es una mujer tímida, muy trabajadora, a la que no la gusta demasiado salir en los medios de comunicación. Su gesta es muy importante para nuestro baloncesto que, últimamente, goza de muy buena salud a nivel de clubes y de selección nacional.
Es catalana, tiene 29 años, y su próximo objetivo es conseguir plaza con la Selección para los Juegos Oímpicos de Río de Janeiro, donde volverá a encontrarse a buena parte de sus compañeras norteamericanas en la lucha por las medallas.
Su calidad como jugadora de baloncesto es incuestionable y su aportación al prestigio de nuestro baloncesto indudable. La desgracia es que ha salido en los medios de comunicación este fin de semana y, a buen seguro, se olvidarán de ella el resto del año.
Personalmente me gusta como juega y como lidera la Selección española tras la marcha de Amaya Valdemoro. Esperemos que tengamos suerte y volvamos a verla en lo alto del pódium en Río de Janeiro. Las chicas de nuestro baloncesto se lo merecen y Anna más que nadie
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