Cristiano Ronaldo ya tiene en su palmarés su tercer Balón de Oro, una meta al alcance de muy pocos jugadores (Cruyff, Platini, Van Basten y Messi) sin tener en cuenta que hasta 1996 no podían optar a este títulos los jugadores que no eran europeos, lo que descartó de este trofeos a futbolistas como Pelé, Maradona o Kempes.
Conseguir este valioso trofeo no es nada fácil. Para ello debes ser regular a lo largo de la temporada, además de haber cosechado títulos con tu club o selección. En el caso de Cristiano la gran campaña del Real Madrid le ha catapultado por encima de sus dos rivales: Messi y Neuer. Su Mundial fue para olvidar. Pasó con más pena que gloria ante el que muy probablemente era su última oportunidad de ser campeón del mundo a nivel de selecciones nacionales.
Aparte de estas consideraciones, pienso, poniendo por delante mi condición de culé, que el galardón es absolutamente merecido . Cristiano es un jugador absolutamente profesional, completo en todas las facetas del juego, con una gran madurez futbolística y personal, a lo que se une jugar en el Real Madrid, con el efecto multiplicador que tiene para cualquier jugador de fútbol esta circunstancia.
El Real Madrid pasa por un momento muy dulce y eso hace que que sus jugadores acaparen títulos y distinciones individuales. Por olvidar se ha olvidado el tema de Casillas. Es el ejemplo más claro que un equipo es, sobre todo, un estado de ánimo, un conjunto de calidades futbolísticas individuales sincronizadas adecuadamente por un buen gestor de vestuarios.
Messi, por el contrario, ha vivido una temporada gris y tediosa del Barça. Es el ejemplo más claro de ese viejo principio del deporte en equipo: o se vive como colectivo o se muere como individuo. La muerte de la magia del Barça ha finiquitado la suerte individual de sus mejores futbolistas.
En este contexto, Cristiano brilla mejor que nunca. Las luces le iluminan pero también lo hacen porque ha trabajado para ello. Como decía Picasso preguntado acerca de las musas: no sabía si existían pero en el caso que lo hicieran, a él le visitaron trabajando.
El Balón de Oro es la consecuencia de muchas horas de entrenamiento serio y riguroso. Se juega como se entrena y Cristiano lo ha hecho de una manera ejemplar en las dos últimas temporadas. Es justo reconocerle sus méritos.
Como culé me hubiera gustado el premio para Messi o para Xavi o Iniesta en su día. Me pareció muy injusto que siendo campeones del mundo y de Europa a nivel de clubes y selecciones nunca consiguieran la distinción de este premio individual. Sería volver al victimismo del fútbol español y eso ya no viene a cuento.
Desde aquí felicito a Cristiano por el premio y le pido que si alguna vez a un jugador rival le conceden el galardón se presente a la ceremonia de entrega de premios porque eso le dignificará aun más como persona. No fue afortunado faltar a la entrega del trofeo en pasadas ediciones. Se supone que habrá aprendido la lección, al menos para saber que la esencia última del deporte es la competencia y el reconocimiento del rival como parte integrante de tu mismo juego. Y lo mismo vale para la prensa. Es la misma que ha magnificado su título, esa misma que espera explicaciones a la puerta del vestuario cuando vienen mal dadas.
Felicidades Cristiano y disfruta de tu merecido título.