lunes, 12 de enero de 2015

Cristiano y su merecido tercer Balón de Oro


Cristiano Ronaldo ya tiene en su palmarés su tercer Balón de Oro, una meta al alcance de muy pocos jugadores (Cruyff, Platini, Van Basten y Messi) sin tener en cuenta que hasta 1996 no podían optar a este títulos los jugadores que no eran europeos, lo que descartó de este trofeos a futbolistas como Pelé, Maradona o Kempes.
Conseguir este valioso trofeo no es nada fácil. Para ello debes ser regular a lo largo de la temporada, además de haber cosechado títulos con tu club o selección. En el caso de Cristiano la gran campaña del Real Madrid le ha catapultado por encima de sus dos rivales: Messi y Neuer. Su Mundial fue para olvidar. Pasó con más pena que gloria ante el que muy probablemente era su última oportunidad de ser campeón del mundo a nivel de selecciones nacionales.
Aparte de estas consideraciones, pienso, poniendo por delante mi condición de culé, que el galardón es absolutamente merecido . Cristiano es un jugador absolutamente profesional, completo en todas las facetas del juego, con una gran madurez futbolística y personal, a lo que se une jugar en el Real Madrid, con el efecto multiplicador que tiene para cualquier jugador de fútbol esta circunstancia.
El Real Madrid pasa por un momento muy dulce y eso hace que que sus jugadores acaparen títulos y distinciones individuales. Por olvidar se ha olvidado el tema de Casillas. Es el ejemplo más claro que un equipo es, sobre todo, un estado de ánimo, un conjunto de calidades futbolísticas individuales sincronizadas adecuadamente por un buen gestor de vestuarios. 
Messi, por el contrario, ha vivido una temporada gris y tediosa del Barça. Es el ejemplo más claro de ese viejo principio del deporte en equipo: o se vive como colectivo o se muere como individuo. La muerte de la magia del Barça ha finiquitado la suerte individual de sus mejores futbolistas.
En este contexto, Cristiano brilla mejor que nunca. Las luces le iluminan pero también lo hacen porque ha trabajado para ello. Como decía Picasso preguntado acerca de las musas: no sabía si existían pero en el caso que lo hicieran, a él le visitaron trabajando. 
El Balón de Oro es la consecuencia de muchas horas de entrenamiento serio y riguroso. Se juega como se entrena y Cristiano lo ha hecho de una manera ejemplar en las dos últimas temporadas. Es justo reconocerle sus méritos. 
Como culé me hubiera gustado el premio para Messi o para Xavi o Iniesta en su día. Me pareció muy injusto que siendo campeones del mundo y de Europa a nivel de clubes y selecciones nunca consiguieran la distinción de este premio individual. Sería volver al victimismo del fútbol español y eso ya no viene a cuento. 
Desde aquí felicito a Cristiano por el premio y le pido que si alguna vez a un jugador rival le conceden el galardón se presente a la ceremonia de entrega de premios porque eso le dignificará aun más como persona. No fue afortunado faltar a la entrega del trofeo en pasadas ediciones. Se supone que habrá aprendido la lección, al menos para saber que la esencia última del deporte es la competencia y el reconocimiento del rival como parte integrante de tu mismo juego. Y lo mismo vale para la prensa. Es la misma que ha magnificado su título, esa misma que espera explicaciones a la puerta del vestuario cuando vienen mal dadas. 
Felicidades Cristiano y disfruta de tu merecido título. 


miércoles, 7 de enero de 2015

La crisis del Barça

Elecciones anticipadas

Decía García Márquez que uno empieza a ser viejo cuando cuenta historias que sucedieron hace más de 20 años. Para mi desgracia recuerdo cosas del Barça que pasaron hace más de 30 años y algunas cosas del pasado parecen que vuelven, con parecido guión al presente.
Recuerdo el Motín del Hesperia como si fuese ayer mismo, con José Luis Nuñez como presidente y Luis Aragonés como entrenador. La apuesta fuerte del vestuario con el apoyo de su entrenador contra la Junta Directiva terminó con un título de Copa del Rey frente a la Real Sociedad y la limpia a final de temporada del vestuario y la llegada al Camp Nou de Cruyff como entrenador.
Después viví el declive del Dream Team con la goleada en la final de la Copa de Europa de 1994 contra el Milan de Capello y la destitución del propio Cruyff como técnico culé y la travesía del desierto hasta la llegada de Van Gaal y posteriormente de Frank Rijkaard.
Ahora vuelvo a vivir la crónica de una crisis anunciada. Con un presidente no legitimado por las urnas, un director técnico destituido y un entrenador con poca experiencia en la gestión de un vestuario y de unas estrellas del nivel de Messi, la tormenta perfecta está a punto de estallar.
Curiosamente el Real Madrid con su derrota en el Vicente Calderón ha puesto pomada en la herida y una victoria el fin de semana frente al Atlético de Madrid podría servir de analgésico inmediato ante una crisis institucional y deportiva profunda.
El presidente Bartomeu ha anunciado elecciones para el mes de junio, una maniobra dilatoria que no arreglará el problema de fondo. La sentencia del TAS es demoledora. El Barça no se podrá reforzar hasta el próximo mes de enero de 2016, justo en el momento en el que sería necesaria una renovación profunda del vestuario azulgrana.
A ello se une la figura de Messi, un jugador único en todos los sentidos al que se le está haciendo muy cuesta arriba no ganar títulos, ni individuales ni colectivos. Messi es el termómetro del Barça. Si él no está bien, el equipo no está bien. Si está deprimido o desganado, el equipo se convierte en plano y apático. como demostró en Anoeta.
Luis Enrique no ha sabido calibrar el choque de trenes que ha venido provocando desde inicios de temporada. Quiere ser, como es lógico por otra parte, el jefe del vestuario. Que nadie le cuestione lo más mínimo, ni mucho menos los que van de estrella. Lo que no ha meditado Luis Enrique es que eso lo debes hacer cuando tienes una autoridad real o moral sobre tus jugadores o sobre tu afición. Esa autoridad, ese liderazgo, te lo dan los títulos o el buen juego, dos cosas que aún no ha traído al Barça el técnico asturiano.
El Barça debe saber gestionar esta crisis de manera que nadie salga humillado y todos reforzados. Yo sueño con volver a ver jugar buen fútbol al Barça. Todos aquellos ignorantes que menospreciaban el fútbol total o el "tiqui-taca" como algo meramente cosmético y apostaron por nuevas fórmulas de construir fútbol, ahora se darán cuenta que, por perder, hemos perdido nuestro estilo y nuestra identidad como equipo. Eso sí, a cambio de nada, porque los grandes títulos creo que en las dos próximas temporadas los veremos de lejos.
Como hace 20 años me da mucha rabia conformarme con levantar el título de Copa del Rey a final de temporada, pero creo que vamos por ese camino. Ojalá me equivoque y ganemos al Atlético de Madrid el sábado y, previsiblemente, en los cuartos de final de la Copa del Rey y después al Manchester City en el mes de febrero. La vida es sueño y los sueños, sueños son, que diría un pesimista. 
Yo apuesto con volver a aquellos tiempos, también hace justo veinte años, donde todos los culés aprendimos a degustar buen fútbol de la mano del Dream Team. Como decía el tango, 20 años no son nada pero dan para mucho, incluido para ver morir y renacer al equipo de tus sueños.